103 Aniversario de la Coronación Pontificia de la Imagen de Ntra. Sra. de Itatí. 

 

Mons. Domingo S. Castagna

 

1.- Término del peregrinaje a Itatí. María es un libro abierto, el de la Sabiduría hecha su carne y la nuestra. En este 103 aniversario de la Coronación de la Imagen venerada de Nuestra Señora de Itatí es preciso preguntarnos: ¿qué nos dice? ¿qué significa en el cauce abierto de nuestra vida cotidiana? Podremos repetir que es una presencia materna, decidida amorosamente por Jesús en el momento supremo de su sacrificio en la Cruz. Por serlo se constituye en indicadora principal de la presencia viva de Jesús en nuestra historia. Donde su devoción se difunde Cristo hace sentir su influencia como Verdad y Vida. Nuestros pueblos de América Latina consideran las Imágenes de la Virgen, algunas de muy antigua y venerada tradición, como signos legítimos que expresan su fe y han contribuido a su evangelización. Desde hace más de cuatro siglos esta entrañable Imagen de Nuestra Señora de Itatí se refleja en las miradas tiernas y esperanzadas de muchos e incansables peregrinos. No pretende bastarse a sí misma; es compañía inseparable de la acción evangelizadora que la Iglesia de Cristo protagoniza por sus innumerables misioneros. Su formidable atracción orienta a multitudes de devotos al Misterio de Cristo: a su proclamación y a su celebración. La Eucaristía, que lo presenta siempre actualizado, es término y culminación de todo peregrinaje. Por lo mismo la pastoral de los Santuarios mantiene un estilo propio, una identidad que lo distancia saludablemente de toda folclorización empobrecedora. 

2.- Xº Congreso Eucarístico Nacional. A poco más de un año de la celebración del Xº Congreso Eucarístico Nacional, que tendrá como sede Corrientes, nuestro pueblo pobre, esperanzado y peregrino se empeña en intensificar su preparación para ofrecer a los hermanos de todo el país la tierra que le pertenece, hoy extrañamente atacada por la desolación. Dicen que los pobres son los más solidarios, capaces de hacer milagros de multiplicación con sus mendrugos y harapos. La Iglesia ha elegido a Corrientes no tanto por sus posibilidades económicas como por su capacidad evangélica de “partir el pan” y tender una mesa para la fraternidad. Debemos disponernos para ello. El tema y el lema del Congreso cabe a Corrientes como de medida. Gran provincia, con una historia de heroísmo y ricas tradiciones, cuarta en la escala nacional de la pobreza, desafiada a rescatar sus valores y a enfrentar su apasionante futuro. ¿Qué podrá compartir con las otras provincias de su Patria? ¿Qué aportará de original sino su proverbial deseo de ser Nación y de defenderla con el alma y la sangre de sus hijos? Su religiosidad, abrevada en la fe católica de sus mayorías, es una inspiración para la solidaridad, generadora de gestos espontáneos de reconciliación para el trabajo fecundo y para la paz. 

3.- Renovarse y renovar. El marco propicio para la aceptación del desafío fue la Fiesta de la Cruz de los Milagros del año 2002. El aplauso cerrado de la multitud celebrante constituyó la palabra dada, el compromiso de hacer del Congreso encomendado un acontecimiento de gracia y, por lo mismo, de renovación del pueblo. Para que así ocurra se necesitará que la Eucaristía ocupe el centro de nuestra vida personal y se identifique como tal en nuestras comunidades y familias. Será fruto de un empeño evangelizador por parte de la Iglesia que convierta en vivencia la Verdad profesada. Hemos anticipado que el Congreso no tendrá nada de espectáculo, aunque congregue masivamente a los creyentes. La sencillez, la austeridad y la ambientación litúrgica concretarán la inspiración oportunamente formulada. El pueblo argentino necesita a Jesucristo tal como Él se ha ofrecido al Padre para el perdón de los pecados; para que nuevas voluntades dejen atrás el odio, el resentimiento, el fraude y la división, y se dediquen, debidamente reconciliadas, a construir una patria de hermanos. 

4.- Acontecimiento renovador. Que esta jornada Maríana de Itatí se inscriba en la preparación del Congreso Eucarístico Nacional. María “correntinita” se ocupará de hacernos notar por el fervor eucarístico que el pueblo argentino reclama calladamente de esta Iglesia Particular de Corrientes. Es preciso dar ritmo y celeridad al acontecimiento de gracia que estamos impulsando desde aquí. No hay para ello como un pueblo forjado por el cuidado de la Madre en la adhesión firme y fiel a su Hijo divino. Si imploramos que el Congreso sea un acontecimiento renovador de nivel nacional deseamos también lo inmediato: la transformación de este pueblo sede. Cuando el país quiera saber lo que pasa en la cultura y espiritualidad de un pueblo cristiano que celebra la Eucaristía tendrá derecho a mirar a Corrientes. Debemos satisfacer esa expectativa desde la simplicidad y heroísmo de nuestra gente pobre y devota. Para ello debemos ser los primeros en remover los obstáculos que impiden que Cristo sea el referente principal de nuestro comportamiento ciudadano. En consecuencia se nos impone la tarea de acudir a la convocatoria que nos hace Jesús eucarístico por la solicitud materna de su Madre Santísima. La misma nos invita a transitar, desde una auténtica reconciliación, las sendas obligadas de la solidaridad con todos, particularmente con quienes más han padecido la injusticia y la marginalidad. 

5.- Humilde testigo de la gracia. Pueblo de Corrientes, hoy a los pies de la Madre de Itatí, mira el horizonte histórico que el Señor ha trazado para tus hijos. Ya no debes preguntarte “¿por qué?” o “¿para qué?”; debes aceptarlo como una misión inédita que coronará y privilegiará tu situación en la historia de la Patria. Tierra de misión cuidadosamente arada por la Iglesia en el transcurso de más de cuatro siglos de evangelización. En tu seno se ha depositado la semilla de la Redención que ha florecido entre tormentas y enemigos cizañeros. Hoy es tu momento con tal que retomes la senda original y seas humilde testigo del poder de la gracia de Cristo, y de la maternal protección de María, para los pueblos hermanos de la misma Argentina. ¡Madre nuestra de Itatí, orienta nuestros esfuerzos para que el Xº Congreso Eucarístico Nacional sea la ocasión de un encuentro eficaz y renovador con tu Hijo Jesucristo, Pan del cielo, generosamente ofrecido para saciar nuestro hambre de verdad y de auténtica fraternidad! 

Homilía del Arzobispo de Corrientes,
16 de julio de 2003.