Santísima Virgen del Cisne

Cristiandad.org


... se venera con fervor en Ecuador, cerca del pueblo de Loja, la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Cisne hecha a semejanza de la Virgen de Guadalupe de Cáceres, España. 

Desde el año 1550, se venera con fervor en Ecuador, cerca del pueblo de Loja, la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Cisne hecha a semejanza de la Virgen de Guadalupe de Cáceres, España.

Uno de los santuarios más conocidos, más venerados y concurridos del Ecuador es indudablemente el de la Santísima Virgen del Cisne, ubicado a 2,460 metros de altura en las áridas montañas de la provincia de Loja, a unos 75 Km. de esta ciudad. La fundación de la aldea del Cisne se remonta al año 1550. 

El Cisne corresponde hoy al nombre de un pueblo. Algunos indios del pueblito del Cisne viajaron a Quito (distante unos 8OO kilómetros) para adquirir una imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, venerada en el santuario quiteño de Guápulo. 

No se trata de la famosa Virgen de Ciudad de México, sino más bien de una Virgen venerada en un santuario español de la provincia de Cáceres. 

Con esta reproducción de la venerada imagen de Guápulo, los indios devotos regresaron al Cisne y la colocaron en una choza, comenzando así un culto fervoroso de amor y piedad que se extendería a lo largo de cuatro siglos. 

En 1594, después de la colocación de la estatua de la Virgen, la zona del Cisne sufrió una tremenda sequía que destruyó los sembrados, dejando a los pobres moradores víctimas del hambre. Don Diego Zorrilla, auditor de la Real Audiencia de Quito, mandó que todos los moradores de la zona se trasladaran a la aldea de Chucumpamba. Los indios obedecieron, pero llevaron consigo la venerada imagen de la Virgen. 

No apenas se establecieron en ese pueblo, se desencadenó en el cielo un tremendo huracán que desarraigó árboles, destejó habitaciones y destruyó los sembrados. 

Aterrorizados por la inesperada calamidad, los indios decidieron volver a su pueblo antiguo, pero las autoridades civiles les obligaron a respetar los órdenes a la fuerza mandando quemar sus habitaciones. 

Finalmente los indios volvieron a su aldea y las autoridades reconocieron que Dios no permitía que el Cisne quedara despoblado y que la imagen de la Virgen fuera trasladada a otro sitio. 

Los indios prometieron no abandonar más su tierra y construir un pequeño santuario en honor de la Santísma Virgen, como signo de agradecimiento por la protección recibida. 

La ciudad de Loja se puso bajo la protección de la Virgen organizando numerosas romerías. 

El primer santuario, construido en 1594, fue sustituido con otros. La actual basílica monumental, milagro de la fe y de generosidad de los devotos y fruto del genio y sacrificios de los Padres oblatos de los Sagrados Corazones, fundados por el Padre Matovelle, fue inaugurado en 1934. 

En la cripta del santuario se puede visitar un interesante museo con preciosos recuerdos de las iglesias precedentes.

Fuente: Cristiandad.org