Reina de los Confesores

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a) “Bueno es confesar al Señor y alabar su nombre” (Sal. 92,2). La vida cristiana no es otra cosa que confesar la fe, hasta la muerte cruenta de los mártires, o hasta la muerte natural de los Confesores. María es Reina de los Mártires por su martirio incruento y Reina de los Confesores por la Santidad de su vida. Confesó su fe de palabra y obra, en el Magnificat y en la Cruz. Modelo de Santidad y fuente de gracia para escalarla en la 
difícil y repetida cuesta de cada día. Comparo mi vida con la suya para intentar imitarla lo posible?. Le ruego no me deje de su mano en todos mis pasos? 
b) “Servidor bueno, haz sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho” (Mt. 25,21). 
Poco era la casita de Nazaret y menos el Portal de Belén, pero la que allí supo ser Esclava del Señor obedeciendo a su marido José es hoy Reina de los Vencedores, de los que están al frente de mucho (de lo que Dios prepara para quienes lo aman, lo cual ni ojo vió, ni oído oyó, ni el hombre es capaz de imaginar, 1 Cor. 2,12). Magnifico programa para la monotonía de nuestros días: Conectar con Nazaret, con aquellos 30 años de vida escondida que hemos de procurar descubrir y asimilar en nuestras meditaciones.

Fuente: cristorey.org