Arca de la alianza

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  En el Antiguo Testamento se narra cómo Moisés y los israelitas construyeron el Arca de la Alianza para albergar las tablas de la Ley (Ex 25,8-16). El Señor ordenó a su pueblo que guardara en ella también el maná con el que se había alimentado en el desierto (Ex 16,32-35). El Arca acompañó a los israelitas en las luchas contra los filisteos, hasta que David la traslada a Jerusalén (2 Sam 6-14). Más tarde, Salomón construyó el Templo de Jerusalén, y los sacerdotes guardaron el Arca de la Alianza en el Santo de los Santos de ese lugar (1 Re 8,3-7).

            Los Padres de la Iglesia, reflexionando sobre el papel de la Virgen María en la historia de la salvación, la aclaman como “Nueva Arca de la Alianza”. La antigua Arca guardaba la Palabra de Dios en las tablas de la Ley; María, la nueva Arca, guardó a Cristo, la Palabra de Dios hecha carne. Moisés colocó el maná en el Arca antigua; pero la nueva Arca contiene el verdadero Maná, el verdadero Pan del cielo, que es Cristo. La antigua Arca estaba hecha de materiales preciosos, pero la nueva Arca, María, está hecha, no de oro y de maderas preciosas, sino de una Mujer que conserva la plenitud de la gracia y de todas las virtudes. 

Fuente: 4buenasnoticias.com