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¿Quién soy para que me visite la Madre de mi
Señor?
Pbro. José Luis Meza
Desde
que el papa Juan Pablo II declaró a la Virgen de Guadalupe Patrona de las Américas
(enero de 1999), la festividad del 12 de diciembre reviste una solemnidad
especial. Desde Canadá hasta la Tierra de Fuego (Argentina) la liturgia
guadalupana marca el paso de la nueva evangelización. La Madre de Cristo es
la mejor evangelizadora de las mujeres. Un detalle de este ministerio se deja
ver en el viaje que hizo maría de Nazaret a Ein Karem, al sur de Jerusalén,
para visitar a su pariente Isabel. Cuando María entró a casa de Isabel, ésta,
llena de gozo, exclamó: «¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor
venga a verme?».
Lo significativo del relato no fue el que María haya hecho un viaje, sino que
el hijo de Isabel, todavía en el vientre materno, fue santificado. Dijo
Isabel: «Apenas entraste, el hijo dio brincos de gozo en mis entrañas».
Pero como María ya había concebido por obra del Espíritu Santo, Ella y su
Hijo estaban ya evangelizando. Toda la familia de Isabel quedó transformada
por la visita de María y su Hijo el Redentor.
Las apariciones guadalupanas tienen una especial referencia a la visita de María
a Ein Karem. Al presentar sus credenciales a Juan Diego, Santa María de
Guadalupe comienza declarando que es la Madre del verdadero Dios por quien se
vive, y que viene a solicitar un lugar (un templo) donde ella pueda acoger a
todos los habitantes de estas tierras americanas. Así lo comprendió Juan
Diego y después todos los habitantes del altiplano mexicano. La historia
guadalupana narra la conversión masiva de aquel pueblo que hasta entonces
creyó en el dios Ometéotl y otras deidades naturales que podríamos llamas
«baales»: dios fuego, dios lluvia, dios luna y sol, etc. María de Guadalupe
se presentó con su Hijo y la idolatría cedió el paso a la fe cristiana.
Todo el continente puede repetir las mismas palabras de Isabel: ¿Quiénes
somos, qué merecemos, para que la Madre de Dios, Santa María de Guadalupe,
nos haya visitado dejándonos en la útilma su foto hecha de rosas? Algo
inmerecido nos ha regalado. Pero eso implica también una encomienda
evangelizadora.
Los papas y la Virgen de Guadalupe
1644.- El papa Urbano VIII concede indulgencia plenaria a los que visitaran el
Santuario en la fiesta titular.
1675.- Clemente X concede indulgencias a la Cofradía de Nuestra Señora de
Guadalupe.
1725.- Benedicto XIII erige la iglesia parroquial de Guadalupe en Colegiata.
La acredita con el título de Villa, que aún se utiliza.
1751.- El papa Benedicto XIV recibe una copia de la imagen de la Virgen de
Guadalupe y, enternecido hasta las lágrimas, después de un breve silencio
pronunció las palabras del Salmo 147 que las aplicó a las apariciones: «Non
fecit taliter omni nationi»: no ha hecho cosa igual con ninguna nación.
1754.- Benedicto XIV solemnizaba la fiesta del día 12 de diciembre, con
oficio y Misa propios.
1854.- Breve del papa Pío IX, aprobando la Orden de Guadalupe.
1895.- León XIII autorizó que se coronara solemnemente la Imagen de
Guadalupe. La coronación de imágenes es un tácito reconocimiento de la
Santa Sede al culto y veneración.
1900.- El concilio plenario latinoamericano obtiene del papa León XIII la
fiesta de Guadalupe para toda la América hispana.
1904.- El Papa san Pío X eleva la Colegiata de Santa María de Guadalupe a la
calidad de basílica menor.
1910.- El 24 de agosto el papa San Pío X la declaró «Celestial Patrona de
la América Latina».
1933.- El 10 de diciembre tiene lugar la solemne coronación pontificia en
Roma, a cargo del papa Pío XI.
1935.- El Patronato de la Vírgen para toda América Latina, concedido por san
Pío X, es extendido a las islas Filipinas por el papa Pío XI.
1966.- El papa Pablo VI concede y envía la Rosa de Oro, distinción que sólo
tienen unos pocos santuarios marianos, como Loreto, Lourdes y Fátima.
1979.- El sábado 27 de enero Juan Pablo II visita por primera vez la basílica
de Guadalupe.
1990.- Vuelve a la basílica de Guadalupe el papa Juan Pablo II el día 6 de
mayo, y declara beato a Juan Diego.
Fuente: El Observador 335-4
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