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Diez puntos que demuestran la sobranaturalidad
de la imagen de la Virgen de Guadalupe
Enciclopedia Guadalupana
1-La
costura de la tilma enigmáticamente desviada. El hilo que une las dos partes
de que consta el lienzo se ladeó al llegar al rostro para no afear su
hermosura.
2-Su aspereza y suavidad extrañamente simultánea. Por el anverso, donde
aparece la imagen, la sin plural tela es suave como la seda; por el reverso es
áspera.
3- Su inmunidad contra el polvo y la polilla. Jamás le toca un solo átomo de
polvo y la respeta todo linaje de insectos que destruyen cuanto encuentran.
4-Su protección contra la humedad y el salitre. Ni las aguas del lago de
Texcoco la humedecieron nunca, ni su nitro la menoscabó.
5-Su liberación contra el ácido nítrico. No le hizo ningún daño cuando en
1791 le cayó gran cantidad.
6-Su neutralidad contra el fuego y la pólvora. Ni la llama de las ceras
durante 116 años que no tuvo cristal, ni la bomba de 1921 le hicieron mella.
7-Su pintura sin preparación del lienzo. Los pintores de cuatro siglos se
asombran de cómo pudo estamparse la imagen en un lienzo tan ralo y sin
aparejo. No alcanzan a comprenderlo.
8-Su duración. La efigie guadalupana es más duradera que sus templos, que
hace más de cuatro siglos se levantan y derrumban. Es algo inaccesible a la
razón.
9-Juan Diego en los ojos de la Guadalupana. En los ojos de la Virgen aparece
Juan Diego, y en la parte superior de su tilma se mira en miniatura el rostro
de la celestial Señora.
10.- Cinco siglos estambada sobre el poco durable maguey. Se ha conservado
intancta durante casi cinco siglos a pesar de estar estampada sobre una tela
de endeble maguey, que nunca ha durado más de veinte años.
Fuente:
Enciclopedia Guadalupana en Línea
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