México vibra con la Virgen de Guadalupe 

Autor: 

 

Acabamos de celebrar nuestra fiesta grande, la fiesta de Nuestra Madre de Guadalupe a los 470 años de las apariciones. Un día de fiesta nacional, aunque ya no lo sea oficialmente, pero que el pueblo de México la sigue celebrando y con mucha razón, porque la Virgen de Guadalupe es el compendio de la Patria, es el símbolo de la unidad nacional, de la unidad de nuestra raza mestiza, y ha sido también la bandera de todas las causas nobles, de todas las aspiraciones de libertad de este pueblo en sus ya casi 500 años de historia. 

Celebramos la primera fiesta Guadalupana del siglo XXI y del tercer milenio. Nuestra Patria se encuentra en un camino de esperanza, de aspiraciones profundas, de progreso, justicia, igualdad, pero también con graves obstáculos por delante. 

La Virgen de Guadalupe cuando se apareció a Juan Diego, se ofreció a nosotros como una Madre amorosa y buena, que velaría por nosotros siempre y por el destino de esta tierra que es suya, de esta, que es su casa. Por eso encomendamos a la Virgen de Guadalupe el destino de nuestra Nación. 

Las dificultades graves que tiene México en este momento son: la pobreza, la violencia que no ha podido ser controlada, mucha corrupción en la vida pública y privada, y también mucha ignorancia que afecta a un sector muy amplio de la población y que constituye la base de los demás males. Para que un pueblo salga adelante, necesita superar ante todo, la ignorancia y alcanzar altos niveles de educación. 

En lo eclesiástico, lo religioso, agradecemos a Dios el don de la fe que nos trajo por Santa María de Guadalupe, Estrella de la Evangelización, pero lamentamos que muchas veces la fe no influya positivamente en la vida cotidiana. Muchos que nos decimos creyentes, católicos, devotos de la Virgen María, no vivimos coherentemente y de acuerdo a esa fe que profesamos. La fe tiene que influir en las costumbres, tiene que cambiar la forma de pensar de muchos de nosotros para que podamos realmente ser un pueblo justo, honesto, próspero y fraterno, que es lo que todos deseamos. 

Tenemos una buena noticia, a los 470 años de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, la causa de canonización del mensajero de la Virgen, el humilde Juan Diego, va adelante y esperamos que pronto sea llevado a los altares. Esta información es muy positiva, porque se cumpliría así la promesa de la Virgen que le hizo a Juan Diego: “tú eres mi mensajero, yo te he elegido a ti mi mensajero muy amado y yo te recompensaré y te engrandeceré”. Cuando la autoridad del Vicario de Cristo proclame Santo a Juan Diego y lo coloque en los altares para la veneración de toda la cristiandad, se cumplirá esta promesa de la Virgen a su humilde y devoto mensajero, Juan Diego. 

Felices fiestas y que la Virgen de Guadalupe a todos nos proteja con su poderosa intercesión.


Fuente: Semanario, Arquidiócesis de Guadalajara, México