¡Vosotros sois mi corona!

Padre Javier Leoz


1.- Así rezaba el lema elegido, con motivo del Centenario de la Coronación de la Virgen del Pilar que finalizó el año pasado.

Significativa es la imagen de nuestra Madre la Virgen del Pilar; pero ¿no lo es más la devoción y la conversión que Ella suscita?

Luminosa es la Corona que, desde hace 100 años, ciñe la imagen diminuta, pero grande en el corazón del peregrino; ¿no debiera de ser más brillante el testimonio y los frutos de aquellos que la han venerado?

Si, amigos. Con San Pablo en Filipenses, escuchamos de los labios de María “vosotros sois mi corona”. Es decir;

--Podemos ser el motor para que triunfe el Reino de Cristo en el mundo o, por el contrario, un freno que lo paralice.

--Vosotros, hijos míos, podéis ser un trampolín donde el evangelio coja fuerza para saltar de continente en continente, o un dique donde quede escollado por falta de manos.

--Vosotros, hijos míos, podéis ser un altavoz de las Palabras de Jesús o, por el contrario, una sordina que las silencie.

2.- La Virgen del Pilar contribuye en varios aspectos al dinamismo de nuestra fe:

--Primero; cristaliza los sentimientos comunes del pueblo de habla hispana que, ven en Ella, un motivo para la unión, la confraternización y para potenciar su vivencia cristiana.

--Segundo; fortalece las entrañas de nuestro seguimiento a Jesús. “Construye una casa en mi honor” (nos cuenta la tradición del encuentro de Santiago Apóstol con María a las orillas del Ebro). También María, en la época actual, nos invita a seguir erigiendo, mejorando, limpiando, fortaleciendo el gran templo, una gran casa donde Dios pueda vivir y hacer obras grandes con nosotros: la catedral del Espíritu, el alma. Y, en ese templo espiritual, es donde María mejor se encuentra y, al que siempre, con su dedo apunta.

--Tercero; no podemos permitir que las aguas turbulentas del secularismo y del materialismo dejen a la intemperie el pilar de nuestra fe. Esto, y por ser una consideración que constantemente sale en los diversos medios de la Iglesia o una realidad denunciada por nuestros Obispos, no es excusa para que no sigamos ahondando en la verdad o en la coherencia de nuestra fe. Hemos de comenzar desde abajo el proceso de la evangelización. Ya no vale el pensar que, por el hecho de nacer en una nación con tradición católica, surjan cristianos comprometidos con la iglesia, admiradores del Evangelio y entusiastas de la nueva evangelización. Hoy, por desgracia, nos encontramos con personas que, aún siendo bautizados, no tienen su vida, su matrimonio, sus ideas, su modo de sentir y de entender la moral o la ética en el pilar sólido de la fe o en las orientaciones que la Iglesia ofrece.

¿Cómo hacer frente a esta realidad de “descristianización práctica?

Seguir las mismas indicaciones de la Virgen del Pilar a Santiago el Mayor: “constrúyeme un hogar”. Para ello, la familia, se convierte en un cimiento fundamental donde iniciar a las futuras generaciones en la fe y en otros tantos principios elementales. ¿Qué vida de piedad existe en nuestras familias? ¿Bendecimos todos los días la mesa? ¿Rezamos antes de acostarnos alguna oración de acción de gracias? ¿Por qué, si acudimos a la compra juntos; a tomar un refresco juntos; de vacaciones juntos, etc., no lo hacemos de igual manera para ir, por ejemplo, a la Eucaristía? ¿Es la fe católica, a la hora de la verdad, EL PILAR de nuestra sociedad que se dice católica pero actúa como si no lo fuera?

3.- Qué impresionante la oración colecta de este día cuando, a María, se le pide intercesión para ser "fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor”

Hoy, como en los albores de la iniciación cristiana en España, el templo del Pilar sigue emanando la presencia real y misteriosa de una Virgen que va cumpliendo lo que prometió: estar presente en las vicisitudes y éxitos, alegrías y penas, haciendo palpar y contemplar –ante los ojos de millones de peregrinos- las grandes obras y maravillas que Dios va haciendo con el paso de los siglos.

Y es que, el Pilar, siempre será una ventana por la que el peregrino se acerca a Dios y, un balcón, por el cual Dios con María, se asoma al mundo. Un lugar que, al estar físicamente bañado por las aguas del caudaloso Ebro, nos baña y nos limpia para devolvernos límpidos y transparentes a nuestra vida ordinaria.

En el Pilar ponemos nuestras debilidades para que se conviertan en fortaleza; las dudas para que se transformen en fe; los pecados para que exploten en afán de perfección o nuestra frialdad para que busque la felicidad que trae lo sagrado.

4.- Ante tanta persona que pretende convertirse en piedra sillar y angular de una nueva sociedad (desmoronando lo que ha sido constitutivo de nuestra cultura, de nuestra forma de entender y de vivir la familia, el amor, el arte, la educación, la vida, la paternidad, la ética o la moral) pidamos a Santa María la Virgen del Pilar, que huyamos de la tentación del relativismo; del error de confundir progresismo con desmantelamiento o capricho coyuntural; de la tibieza de conformarnos con ser buenos olvidando a Dios; de la incoherencia de los cristianos que viven como si no lo fueran; de la amenaza de un terrorismo que se las ingenia para callar cuando tiene algo que ganar o del bombardeo sistemático a instituciones que han sido, y siguen siéndolo, garantes de paz, de salud y de equilibrio social, como la familia o la misma iglesia.

-¿La Virgen del Pilar? Acercarse a Ella es sentir que, nuestra existencia, es simple barro expuesto a mil manipulaciones interesadas. 

-¿Quieres construir un templo para la Virgen del Pilar? Empieza por tu vida

-¿Quieres ofrecerle una corona? Talla un diamante, con el cincel de tu forma de ser, de practicar el evangelio, y será la joya que más agradezca.

Y, si puedes, acércate a Zaragoza. Contemplarás a María, tal y como prometió a Santiago Apóstol, acompañando a miles de hombres y mujeres, que quieren descubrir el rostro de Dios y el amor de Jesucristo.

Fuente: autorescatolicos.org