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Siete días con María
Las siete virtudes de María
Chantal Crepey (según san Alfonso de Ligorio)
Primer día :
Hacerse humilde como María
María se acordaba de que todo en ella
era un don de Dios. Guardaba secretos, hasta con su esposo,
los favores celestiales que recibidos. Devolvía a Dios las
alabanzas que se le daban. Se complacía en servir a los
demás, en quedarse en el último puesto. No temía el
desprecio : no se la ve en Jerusalén el día de Ramos, cuando
el pueblo recibe a su Hijo con tantos honores, pero no teme
asomarse en el Calvario donde la identifican como la madre
del condenado.
Santa Catalina, has sepultado en el silencio el favor
maravilloso de haber visto a la Virgen Santísima. Ruega por
mí cuando trato de lucirme a costa ajena.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
tú que aborreces el orgullo, vísteme con el manto de tu
humildad.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Segundo día : Amar a Dios y al prójimo
como María
Cristo nos dio este mandamiento :
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y al prójimo,
como a ti mismo. María cumplió este doble precepto. Según
san Bernardo, el amor de Jesús entró como una espada en el
corazón de María y lo atravesó de parte a parte para que
ningún recoveco quedase sin herida de amor. El corazón de
María se hizo pues fuego y llama, fuego por el amor que
ardía en ella, llama porque resplandecía fuera ejercitando
la caridad. Cuando María llevaba a Jesús en brazos, bien
podía decirse que "era fuego llevando fuego".
Santa Catalina, que los dos corazones del reverso de la
medalla me recuerden el amor de Dios cuando se hace menos
ferviente en mí, y el amor al prójimo cuando me prefiero a
los demás.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
como en Caná, ruega a tu Hijo por mí y dile : « Ya no tienen
amor », y dame la gracia de practicar la caridad como tú.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Tercer día : Creer como María
A María, por su fe, la proclamó bendita
Isabel. En la Pasión de Jesús, los discípulos fueron
sumergidos por la duda ; sólo María se mantuvo firme en la
fe, dijo Alberto Magno. La fe es a la vez un don y una
virtud. Es un don de Dios, como luz que Él mismo difunde en
el alma. Es una virtud en la medida en que la pone en
práctica el alma. Un verdadero cristiano vive en conformidad
con su fe. Así vivió la Santísima Virgen.
Santa Catalina, tú que acogiste con fe las apariciones de la
Madre de Dios, ruega por mí cuando dudo.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
consígueme ojos que lo miran todo a la luz de la fe.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Cuarto día : Esperar como María
Nace de la fe la esperanza. Demostró la
Virgen María cuan grande era su confianza en Dios, primero
guardando el secreto de su maternidad milagrosa, totalmente
segura de que Dios cuidaría de defender su inocencia, su
honor y su vida. Y asímismo cuando se vio excluida de la
posada, teniendo que refugiarse en un establo, o después
cuando huyó a un país extranjero y desconocido y, sobre todo
en las bodas de Caná en que, a pesar de que Jesús rechaza su
petición, María está segura de que su Hijo le ha concedido
el favor pedido.
Santa Catalina, la misión que se te anuncia está sembrada de
obstáculos. Pero tu Madre te da consejos para portarte en
esos peligros y tú confías en ella. Ruega por mí, que estoy
tan pronta en inquietarme.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
eres, después de Jesús, toda mi esperanza. Enséñame a
practicar el abandono en la Providencia.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Quinto día : Castidad de María
Dios nos dio en María el modelo
perfecto de la transparencia al amor de Dios. Se consagró
María enteramente a Dios, abriendo la vía a otras muchas.
Sin embargo, la llamada evangélica a la castidad se dirige a
todos los cristianos, cualquiera que sea su estado. Es una
llamada a no utilizar al otro para su propio placer. Es la
castidad un modo de vivir libre, respetando al otro como
otro, luchando contra lo que, en nosotros, sueña siempre con
una transgresión de los límites que hacen nuestra humanidad
.
Santa Catalina, has pasado la vida sirviendo a los pobres
con el mayor respeto, comunicándoles el amor que Dios les
tiene. Ruega por mí en los momentos de apuro.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
que tu nombre, pronunciado con confianza, sea mi recurso
cuando debo renunciar a las pasiones del espíritu y de la
carne para dejar el paso a Dios.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Sexto día : Pobreza de María
Se ve a María ir al Templo no con un
cordero, ofrenda de la gente acomodada sino con dos
tórtolas, ofrenda de los pobres. Acepta casarse con san
José, que se ganaba la vida a duras penas trabajando con sus
manos. Huye a Egipto para salvar a su hijo, dejando su casa,
su familia, sus amigos. Cuando la virtud de pobreza viene a
estar llena de abrojos ¡ qué fuente de consuelo es la
pobreza de Jesús y de María!
Santa Catalina, te entregaste a Dios para servir a los
pobres en la pobreza. Ruega por mí cuando doy al dinero
demasiada importancia en mi vida en vez de dar a Dios la
preferencia .
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
en tu cántico sublime dices : « Alaba mi alma la grandeza
del Señor ». Alcánzanos la gracia de no desear más que a
Dios.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Séptimo día : Obediencia y paciencia de María
La Virgen María amaba tanto a Dios que
se dio el título de sierva. Con humildad vivió toda su vida
conformándose a la voluntad de Dios. Cuando alzando la voz
dijo la mujer del Evangelio : « ¡Dichoso el seno que te
llevó ! », contestó Jesús : « Dichosos más bien los que oyen
la palabra de Dios y la guardan ». En esto María es la
primera discípula de su Hijo.
Santa Catalina tú que perseveraste con paciencia
prosiguiendo tu misión, a pesar de las contradicciones,
ruega por mí.
Oh María, Virgen inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
alcánzanos de obedecer fielmente a la voluntad de Dios y de
llevar las cruces en paz, y de amar a Dios cada vez más.
Y acuérdate de... mi intención particular…
Padre Nuestro...Salve María...Gloria al Padre…
"¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!"
Virgen Santísima,
tú cuya oración fue continua y perseverante,
dígnate también alcanzar para mí
el amor de la oración y del silencio,
porque Dios se complace en hablar en el desierto,
como lo declara él mismo por la boca del profeta Oseas :
« Voy a llevarla al desierto, y le hablaré al corazón » ".
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