Letanías... Oración que merece explicación

 

Hno. Ramón Gutiérrez, Religioso Asuncionista

 

 

De diversas formas y en variados ambientes religiosos se vuelve a integrar las letanías en la oración comunitaria. Podría pensarse que a veces resultan tediosas o incomprensibles para las generaciones más jóvenes. No es así, porque se constata por diversas partes, que proliferan las creaciones de nuevas oraciones en forma de letanías, a tal punto que la «Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos», advierte:


«No sería útil, desde el punto de vista pastoral, una proliferación de formularios de letanías; por otra parte, una limitaciónexcesiva no tendría suficientemente en cuenta las riquezas de algunas Iglesias locales o familias religiosas».


Pero las letanías recitadas en forma sorpresiva y sin una adecuada explicación, digamos mejor catequesis,
pueden provocar en las comunidades el tedio, el cansancio y lo peor, la incomprensión de las mismas. Chile cuenta con las ya muy conocidas letanías a la Virgen del Carmen (nacidas hace pocos años en el «Equipo Pastoral Maipú»). Esas letanías están estructuradas de tal forma que al recitarlas se puede hacer una magnífica catequesis.
Los bloques de las letanías que comento son: 


*En el misterio de Dios y de Cristo.
*Madre de la Iglesia.
*Madre en la vida de los hombres.
*Reina en la construcción de la humanidad.
*Madre de Chile.

Pueden observar, queridos lectores de «El Eco de Lourdes» que estos simples enunciados, si se ofrecen a las comunidades debidamente trabajados, dan no sólo para un momento de breve oración, sino para verdaderas vigilias marianas. Todas las letanías oficiales -aprobadas por la Iglesia-, permiten la misma dinámica.


Si esta preciosa oración se realiza con una debida reflexión, estaremos aprovechando un tesoro y, al mismo tiempo, ofreciendo a las personas y a las comunidades una de las mejores pistas para profundizar en el sentido profundo que estas oraciones quieren entregar. Y lo que las letanías pretenden es una alabanza al Señor, a la Virgen y a los santos. Al mismo tiempo una profundización en el mensaje cristiano. Conviene que en las comunidades, en las parroquias, en los santuarios se recupere esta antigua y siempre actual forma de oración. 


El «Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones » - Ciudad del Vaticano 2002, nos dice en el número 203:

LAS LETANÍAS DE LA VIRGEN


«Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica.

Las invocaciones, generalmente muy breves, constan de dos partes: la primera de alabanza, la segunda de súplica. 

«En los libros litúrgicos del Rito Romano hay dos formularios de letanías: Las Letanías lauretanas, por las que los Romanos Pontífices han mostrado siempre su estima; las Letanías para el rito de coronación de una imagen de la Virgen María, que en algunas ocasiones pueden constituir una alternativa válida al formulario lauretano. «No sería útil, desde el punto de vista pastoral, una proliferación de formularios de letanías; por otra parte, una limitación excesiva no tendría suficientemente en cuenta las riquezas de algunas Iglesias locales o familias religiosas. Por ello, la Congregación para el Culto Divino ha exhortado a «tomar en consideración otros formularios antiguos o nuevos en uso en las Iglesias locales o Institutos religiosos, que resulten notables por su solidez estructural y la belleza de sus invocaciones». Esta exhortación se refiere, evidentemente, a ámbitos locales o comunitarios bien precisos. Como consecuencia de la prescripción del Papa León XIII de concluir, durante el mes de octubre (mes del Rosario y en Chile «mes de María»), la recitación del Rosario con el canto de las Letanías lauretanas, se creó en muchos fieles la convicción errónea de que las Letanías eran como una especie de apéndice del Rosario. En realidad, las Letanías son un acto de culto por sí mismas: pueden ser el elemento fundamental de un homenaje a la Virgen, pueden ser un canto procesional, formar parte de una celebración de la Palabra de Dios o de otras estructuras culturales».

Fuente: El Eco de Lourdes