Novenas

 

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1.- Qué es una novena. 

Según define la Enciclopedia Espasa, una novena es una ‘colección de preces y alabanzas que se repiten por espacio de nueve días (tal vez en memoria de los nueve coros angélicos) en honor de Dios Nuestro Señor o de algún santo, para implorar su protección o la impetración de alguna gracia; muy frecuentemente estas devociones están indulgenciadas por el Sumo Pontífice o los Obispos....’

Las novenas y otras devociones populares cobraron una gran importancia cuando la liturgia dejó de hablar la lengua del pueblo y se convirtió en patrimonio de los clérigos. Entonces el pueblo buscó (y se le dieron) compensaciones más concretas, que tuvieron formas extraordinariamente prolíferas y variadas. 

Se hicieron populares, y siguen siendo una tradición entre el pueblo cristiano, las novenas a la Virgen María, bajo diversas advocaciones. Es difícil encontrar una fiesta de la Virgen que no esté precedida de una novena. 

Los elementos esenciales de la novena son: la reunión de los fieles, la consideración de una faceta espiritual de María que nos lleva a preguntarnos por nuestra vida cristiana y la oración y súplica a la Madre de Dios. Cómo se combinan estos elementos es algo muy dispar y suele seguir unas normas trazadas por la tradición. 

2.- Autenticidad de las novenas.  

La “Marialis cultus” reconoce como valiosa la veneración de los fieles a la Madre de Dios en la forma de novenas u otras formas. Recomienda que no se caiga en peligros como: búsqueda de seguridad, el propio interés, rutinización, sentimentalismo, actitudes fanáticas. 

Admitiendo estos peligros como reales en la vida de la comunidad cristiana, hay que tener en cuenta que es una cosa buena el honrar a la Madre de Dios a través de las novenas. La devoción mariana exige como primera condición, para que realmente sea auténtica, que el fiel reconozca a Dios como eje de su vida y como centro de su experiencia cristiana, actitud de la que María es modelo insuperable. 

Los pastores cuidarán para que las acciones y oraciones que se empleen en las novenas tengan una formulación adecuada con la renovación teológica promovida por el Vaticano II. 

Los fieles que participen en este tipo de devoción popular deben de saber que la devoción no es un aparte de la vida. Colaborarán en la transformación de la realidad y en la salvación y liberación del hombre y han de poner en práctica medios para hacer presente el único evangelio de la presencia salvadora de dios en Jesucristo. 

Fuente: educadormarista.com