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Novena a María, Madre Admirable
Autor:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial,
para todos
los días.
Cuando la Novena se reza
comunitariamente, las oraciones se dicen de pie.
Dios Todopoderoso y Eterno que has
querido, según lo anunciaste en profecías a lo largo de los siglos y, al
llegar la plenitud de los tiempos, por boca de tu mensajero, que tu Hijo se
encarnara en el seno de la Virgen, escucha nuestras súplicas y concédenos
gozar siempre de la protección de María, a quien proclamamos con firmeza
Admirable Madre del Verdadero Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y
reina Contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Virgen Madre de Dios, que llevaste en tus
entrañas a Aquel a quien el universo entero no puede contener, intercede
ante Él por nosotros para que, en su misericordia, nos conceda la gloria del
Cielo. Amén.
Sentados
Día primero
María Santísima, Madre intacta
Lectura de la
profecía de Ezequiel (44, 1-3)
Me llevó el Señor a
la puerta que da al Oriente, pero la puerta estaba cerrada. Y me dijo el
Señor: Esta puerta ha de estar cerrada; no se abrirá ni entrará por ella
hombre alguno, porque ha entrado por ella ‘El que Es’, el Dios de Israel;
por tanto, ha de estar cerrada. Por lo que hace al Príncipe, entrará por el
vestíbulo de la puerta y por el mismo saldrá.
Pausa breve
De las Homilías
marianas de San Andrés de Creta (En la Anunciación)
Con razón eres
bendita, pues te ha bendecido Dios y has sido su tabernáculo, cuando
inefablemente llevaste en tu seno a Cristo Jesús, verdadero hombre del todo
lleno de la gloria del Padre y verdadero Dios, pues posee perfectamente
ambas naturalezas. Bendita tú, verdaderamente, a quien Ezequiel denominó ...
Oriente y
puerta cerrada por la que sólo Dios había de pasar y
de nuevo quedaría cerrada. Puerta del cielo,
por la cual solamente ha pasado el Señor de los cielos y a nadie ha
permitido el paso, ni antes, ni después del Él.
Pausa breve
V-
Madre Admirable en tu integridad,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día segundo
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre virgen
Lectura de
la profecía de Isaías (7,10. 14)
Pide al Señor, tu
Dios, una señal en lo profundo del sheol o arriba, en lo alto. El Señor
mismo os dará la señal: he aquí la Virgen grávida y de parto, y llama a su
hijo ‘Emmanuel.
Pausa breve
Del Tratado de San
Ireneo "Contra los herejes" (Libro 3, 20)
El Verbo de Dios
que habitó en el hombre se hizo también Hijo
del hombre, para que el hombre se habituara a
percibir a Dios y Dios a vivir en el hombre, conforme a la voluntad del
Padre. Por eso, aquel que es la señal
de nuestra salvación, el Emmanuel nacido de la
Virgen, nos fue dado por el mismo Señor, porque
era el mismo Señor quien salvaba a los que por sí mismos no podían alcanzar
la salvación.
Pausa breve
V-
Madre Admirable en tu perpetua virginidad,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día tercero
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre Inmaculada
Lectura del libro
del Génesis (3, 15)
Enemistad perpetua
pongo entre ti y la Mujer, entre tu linaje y el Suyo, éste te aplastará la
cabeza mientras tú le acechas el calcañal
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Andrés de
Creta (En la Anunciación)
¡Salve, llena de gracia, el Señor está contigo!
¡Salve, elegida
por Dios desde el principio!. ¡Salve, tesoro de vida inmaculada! ¡El
Señor está contigo, el mismo que dijo:
Hágase la luz, hágase el firmamento
y las demás obras magníficas de su poder creador! los cielos y a nadie ha
permitido el paso, ni antes, ni después del Él. ¡El
Señor está contigo, el Señor que es el
dispensador de toda alegría, el Salvador de todo el mundo. Te he llamado
llena de gracia,
para manifestar el gozo del misterio en ti realizado.
Pausa breve
V-
Madre Admirable en tu plenitud de gracia,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día cuarto
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre del buen consejo
Lectura del
Eclesiástico (24, 24-26.30)
Yo soy la Madre del
amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Venid a mí
cuantos me deseáis y saciaos de mis frutos. El que me obedezca no se
avergonzará, y los que obre por mí no pecarán.
Pausa breve
De las oraciones de Simeón Metaphraste
Santa y soberana Madre de Dios, luz de mi
alma en las tinieblas. Tú que diste el día a la verdadera Luz de la
inmortalidad, ilumina los ojos de mi corazón. Tú que trajiste al mundo a la
Fuente de la inmortalidad, dame la vida, pues el pecado me hace morir. Pon
la contrición en mi corazón, la humildad en mis pensamientos, la reflexión
en mis razonamientos. Hazme digno, hasta mi último suspiro, de ser
santificado por esos misterios, a fin de que te cante y te glorifique todos
los días de mi vida, pues tú eres bendita por los siglos de los siglos.
Pausa breve
V-
Madre Admirable, Sede de la sabiduría,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día quinto
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre del Creador
Lectura del primer
libro de los Reyes (8,26-28)
Cúmplase ahora,
Señor Dios de Israel, la palabra que a David, tu siervo, mi padre, dijiste.
Pero, en verdad, ¿morará Dios sobre la tierra?. Los cielos y los cielos de
los cielos no pueden contenerte. ¡Cuánto menos esta casa que yo te he
edificado!. Mas, con todo, ¡atiende a la plegaria de tu siervo, Señor, Dios
mío!
Pausa breve
De las Homilías
marianas de San Germán de Constantinopla (En la admirable dormición de la
Santa Madre de Dios)
Virgen Madre, Tú te
manifestaste como cielo capaz de contener al Dios Altísimo, ya que tu seno
le ofreció un lugar para hospedarse. Eres
hermosa, como dice la Escritura, tu cuerpo
virginal es totalmente santo, totalmente puro, morada de Dios
"He aquí –dice el Señor-
el lugar de mi reposo por los siglos de los
siglos". Y, ¿cuál es ese lugar?. La carne con
la cual Tú lo has revestido, Madre de Dios, carne con la cual, según creemos
firmemente, Cristo se manifestó no sólo para el tiempo presente sino también
para el siglo futuro, cuando venga a juzgar a los vivos y a los muertos.
Pausa breve
V-
Madre Admirable, que engendraste al que te engendró,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día sexto
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre del Salvador
Lectura de la
profecía de Isaías (45, 14a.c. 15)
Así habla el Señor:
La labor de Egipto y la ganancia de Etiopía, y los sabeos, ... se postrarán
ante ti y, suplicantes, te dirán: ‘Sólo Tú tienes un Dios, hoy hay ningún
otro’....En verdad que tienes contigo un Dios escondido, el Dios de Israel,
el Salvador.
Pausa breve
De las Homilías de San Proclo de
Constantinopla (Natividad del Señor)
Cristo ha nacido de la Virgen, ya que de
ella ha tomado carne; por esto la Virgen ha venido a ser Madre de Dios. En
efecto, Él fue, es y será siempre el mismo; mas por nosotros se hizo hombre;
el Amigo de los hombres se hizo hombre, sin sufrir por eso menoscabo alguno
en su divinidad. Por mí se hizo semejante a mí, se hizo lo que no era,
aunque conservando lo que era. Se hizo hombre para cargar sobre sí el
castigo por nosotros merecido y hacernos capaces de la adopción filial y
otorgarnos aquel reino, del cual pedimos que nos haga dignos la gracia y
misericordia del Señor Jesucristo, al cual, junto con el Padre y el Espíritu
Santo, pertenece la gloria, el honor y el poder, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Pausa breve
V-
Madre Admirable de nuestro Salvador,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día séptimo
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre del Gozo
Lectura de la
profecía de Zacarías (2, 10-11)
Jubila y
regocíjate, hija de Sión, porque llegaré y habitaré en medio de ti -oráculo
del Señor-Aquel día se unirán al Señor muchas gentes, que serán mi pueblo, y
yo habitaré en medio de ti, y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha
enviado a ti.
Pausa breve
De las Homilías
marianas de San Andrés de Creta (Natividad de la Virgen)
Los que estamos
aquí reunidos celebremos y entonemos cánticos a la hija de David,
aclamándola como Madre de Dios. Digamos a la que es la Madre del gozo:
Salve, llena de gracia.
Salve, inicio del gozo y fin de la maldición. Salve, principio de nuestra
restauración y término de las promesas y profecías que Dios nos ha hecho.
Alégrese toda la creación, salte de gozo y exulte, por la niña a través de
la cual nos llega la salvación y viene a nosotros el redentor del mundo,
Cristo Jesús.
Pausa breve
V-
Madre Admirable, Causa de nuestra alegría.
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día octavo
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre de la Paz
Lectura de la
profecía de Miqueas (5, 2-5a)
Mas tú, Belén de
Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en
Israel, cuyos orígenes son desde antiguo, de días de muy remota antigüedad.
Por eso, los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá, y
el resto de sus hermanos volverá a los hijo de Israel. Y se afirmará y
apacentará con la fortaleza del Señor y con la majestad del Nombre del Señor
su Dios... Y Él será nuestra paz.
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Germán de
Constantinopla (En la admirable dormición de la Santa Madre de Dios)
Madre de Dios, tú has embellecido los
cielos y la tierra, a la que iluminaste con una gran claridad. Cuando, en la
plenitud de los tiempos diste a luz a Aquel que existe desde el principio,
al Verbo de Dios Padre, los ejércitos angélicos se inclinaron para ver y
para alabar a Dios nacido de Ti: proclaman que los Cielos han recibido una
nueva gloria, que la paz ha aparecido en la tierra.
Pausa breve
V-
Madre Admirable y Reina de la Paz,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Día noveno
Oración inicial. De pie
María Santísima, Madre Admirable
Lectura del libro de
Judith (13, 1a. 19-20; 15, 9b)
Bendita tú, hija
del Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra y bendito el Señor
Dios, que creó los cielos y la tierra... Tus alabanzas estarán siempre en la
boca de cuantos tengan memoria del poder de Dios. Haga Él que esto sea para
tu eterna gloria y te colme de todo bien. ¡Tú, gloria de Jerusalén; tú,
alegría de Israel; tú, honra de nuestra raza.!
Pausa breve
De las Homilías
marianas de San Cirilo de Alejandría (Concilio de Éfeso)
Te saludamos, María Madre de Dios, tesoro
digno de ser venerado por todo el orbe, lugar propio de Aquel que no puede
ser contenido en lugar alguno, Madre y Virgen. Te saludamos a ti que
encerraste en su seno virginal a Aquel que es Inmenso e inabarcable; a ti,
por quien la Santa trinidad es adorada y glorificada; por quien la cruz
preciosa es celebrada y adorada en todo el orbe; por quien exulta el cielo;
por quien los creyentes obtienen la gracia del bautismo y el bálsamo de la
alegría; por quien todos los hombres son llamados a la conversión.
¿Y qué más diré? ¿Quién habrá que sea
capaz de cantar como es debido las alabanzas de María? ... Quiera Dios que
todos nosotros reverenciemos y adoremos la Unidad, que rindamos un culto
impregnado de santo temor a la Trinidad indivisa, al celebrar con nuestras
alabanzas a María siempre Virgen, y a su Hijo y esposo inmaculado, porque a
Él pertenece la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(Pausa breve
V-
Madre Admirable, digna de toda alabanza,
R-
Ruega
por nosotros
Oremos
De pie. Oración final para todos los días
Oración final
, para todos los días.
Madre Admirable, que muestras a tus hijos
el camino del progreso interior, ayúdanos a vivir ese silencio que permite
oír a Dios; enséñanos esa pequeñez que excluye toda vana pretensión, que
sabe ser dócil y servicial. Túe que respondiste siempre al menor deseo de
Dios, danos el imitarte en esa prontitud del amor y en ese entusiasmo lleno
de fe que tuviste para cumplir con Su palabra, aun en medio de las
dificultades.
Madre Admirable, ruega por nosotros y,
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Amen
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