La oración del pueblo cristiano

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En el siglo XVI, la imprenta permite multiplicar los folletos adornados con grabaciones que representan los «misterios» elegidos para las meditaciones.
En 1571, el Papa Pio V, dominico, instituye el 7 de octubre (que ya era fiesta de la cofradía) la fiesta de Nuestra Señora del Rosario en acción de gracias por la victoria de Lepanto contra los Turcs, considerada como un milagro obtenido por la oración del Rosario en la que toda la cristiandad estuvo implicada por peticón suya.
En 1572 el mismo Pio V hace oficial la lista de los quince misterios. El Rosario se convierte en la oración del pueblo cristiano.
A lo largo de los siglos, grandes cristianos le unirán sus nombres.
En el siglo XVIII, Luis-María Grignion de Montfort es el gran apostol del Rosario.
En el siglo XIX, Paulina Jaricot lanza el Rosario viviente; en la gruta de Lourdes, en 1858 , Bernadette Soubirous recita el rosario con la Santísima Virgen; Bartolo Longo funda en Pompeya un santuario dedicado a la Virgen del Santo Rosario; el Papa León XIII dedica a esta oración doce encíclicas, lo que hace que se le llame «el Papa del Rosario».
En el siglo XX, en Fátima, en 1917, la misma Virgen declara a tres niños : «Soy Nuestra Señora del Rosario. He venido para exhortar a los fieles a recitar diariamente el rosario, a hacer penitencia por sus pecados y a cambiar de vida».
En este comienzo del siglo XXI, el Papa Juan Pablo II proclama el 7 de octubre de 2002 un año del Rosario. Añade a los quince misterios, gozosos, dolorosos y gloriosos, los cinco «nuevecitos » misterios luminosos.
¡Y ahora… nosotros!

Fuente: chapellenotredamedelamedaillemiraculeuse.com