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Conceptos erróneos
sobre el Rosario
Emilio
Cárdenas S.M.
DEs falso decir que el rosario es necesario
para salvarse. Los cristianos de oriente no lo practican como nosotros. Sólo
se puede practicar cuando se recita con libertad de corazón. Es un buen
camino de acercarse al mandamiento de la oración continua, pero sólo uno de
los caminos.
Es falso afirmar que el rosario nació como arma para combatir a los herejes.
Sería una distorsión de la historia. Aquí estamos de nuevo en una leyenda, y
no ausente de fantasía, lo que de ningún modo faltaba a nuestro genial
Alano. Es cierto que María es vencedora de toda herejía, como dice ya una
antigua antífona mariana. Conviene entender bien y con cierta prudencia lo
que esto quiere decir. En todo caso, la historia, la historia verdadera, es
una buena maestra de la vida y nos hace ver que el rosario nace no tanto
como un arma de lucha, sino más bien como un modo de meditación con su
origen en su forma casi actual en la abadía cartuja de Tréveris, junto al
río Mosela, en torno a tres personajes sufrientes y amantes, que encontraron
en el salterio de la Virgen María fuerza para permanecer fieles a sus
propios votos.
La Virgen no se apareció ni a Domingo de Guzmán ni a Domingo de Prusia para
entregarles el rosario. El rosario no es de origen celeste sino terrestre.
Son los hombres que viven su historia acompañados por la gracia de Dios y
guiados por el Espíritu Santo los que han ido creándolo, levantándolo.
Aunque luego hayan recibido el respaldo de muchos signos del cielo. Hay en
efecto un cierto peligro de hacer proceder el rosario directamente del
cielo. La consecuencia es que puesto que del cielo procede, no puede
tocarse, cambiarse, adaptarse. Y esto no es así. La Madre de Dios no ha
dictado el modo de rezarlo. El rosario es fruto de una época y, se trata de
adaptarlo a las circunstancias de cada cual, de cada comunidad.
En eso es necesaria inteligencia y flexibilidad... y ayuda del Espíritu
Santo. No hay que dejarse agarrotar por el formalismo. No han de tomarse a
la letra las fantasías simpáticas de Alano de Rupe que sostienen la
incuestionable procedencia celeste del rezo del rosario, con lo cual resulta
intocable. De hecho el mismo Alano no fue nada rígido en la recitación del
rosario e inventó no un solo rosario, sino una buena colección de posibles
rosarios meditados. De entre ellos se iría destacando el que ahora casi
siempre se reza.
Fuente:
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