El Santo Rosario: Un Asunto de Varones

María Teresa Torres

 

Si, amigo cibernauta, hemos de recordar que la Santísima Virgen le encargó a Santo Domingo de Guzmán su predicación más tarde al Beato Alano de la Rupe. Los Papas han declarado muchas veces que lo rezaban diariamente, y nuestro Papa Juan Pablo II dijo: Mi oración predilecta es el Santo Rosario (29 de octubre de 1978)

Creo que vale la pena que desentrañemos algunas interrogantes como: ¿Qué es el Rosario? ¿Cómo se reza?. ¿Para qué se reza?. Estas y otras preguntas se podrían hacer acerca de esta devoción que posee un gran poder en aquellas almas que lo saben rezar.

Rosario significa Jardín de rosas. Pero estas rosas no son las flores que vemos en el jardín: son aquellas flores sobrenaturales compuestas de Padre Nuestros, Ave Marías y
Glorias.

Actualmente hay personas que por el mismo medio en que viven se creen capaces de recitar oraciones mejores que las que compuso el mismo Dios:
PADRE NUESTRO: Oración compuesta por Cristo cuando sus discípulos le piden que les enseñe a Orar. (Lc. 11, 1 - 4)
AVE MARIA: Saludo de Dios a María pronunciado por el Ángel Gabriel (Lc. 1, 28)

Se deja de lado esta devoción, por creer que es una simple repetición de palabras, olvidando el gran valor del Rosario para que éste ejerza esta gran fuerza, debe ser una Oración vocal (recitación de Padre Nuestro y Ave Marías) y Oración mental (contemplación de los misterios). Para lograrlo podemos seguir los siguientes pasos:

1. Enunciar el Misterio.
2. Da gracias al Señor o pide algo en especial por intercesión de María Santísima.
3. Mientras vocalmente pronuncias el Padre Nuestro y las 10 Ave Marías mentalmente vive el misterio enunciado (introdúcete como un espía);
4. Después de haber rezado el Gloria, realiza un compromiso con el Señor no importa que sea pequeño lo importante es cumplirlo. ¿Por qué un compromiso? te preguntarás. Muy simple: a cada instante has dicho Amén, que significa "Sí acepto". Pues bien; al rezar el Rosario aceptas vivir como Cristo quiere que lo hagan, como María vivió, como María viviría ahora.

Si has seguido estos pasos poco a poco notarás grandes cambios en Ti: Se te hará fácil ofrecer tu ayuda no te sentirás sólo aún cuando nadie te rodee, irás cultivando una humildad profunda, una sumisión perfecta, una dulzura angelical, una inmaculada pureza, una heroica paciencia, una celestial sabiduría, esa FE en Aquel que todo lo puede: es decir, que irás sembrando AMOR y no te vanagloriarás, porque habrás aprendido en la constante meditación, a tener un corazón abierto a Dios y, por consiguiente, a los hombres a quienes verás como hermanos tuyos.

¡Pero ponte alerta!. Satanás nunca está contento cuando una alma se acerca a Dios. Y es allí cuando debes acercarte con más confianza a tu Rosario y así habrás vencido a tu peor enemigo.

El Rosario es un alimento para el alma. Así como una madre alimenta a sus niños para que tengan salud y fuerza para el estudio y el trabajo, y sean así hombres y mujeres útiles a la Patria. 

Fuente: Legión de María