¿Lo cuelgas o lo rezas?  

Padre Sergio G. Román 

 

Nuestro pueblo tiene entre sus más preciadas tradiciones el rezo del Rosario: se lo damos a los niños en el bautismo, en la primera comunión; a las quinceañeras y a las novias. Lo ponemos en el espejo del auto (sería mejor rezarlo) y nos lo colgamos del cuello o lo usamos de anillo o de llavero en sus versiones portátiles. Pero, ¿sabemos realmente lo que es el santo Rosario? Una oración muy antigua La costumbre de decir oraciones y contarlas con un collar de cuentas es común en muchas religiones. Los griegos usan desde la antigüedad el “komboloi” para meditar y reflexionar. Los budistas utilizan todavía un largo collar para repetir una misma oración que los ayuda a concentrarse. Los musulmanes usan un rosario de 33 cuentas dividido en tres partes para decir los atributos de Dios. Posiblemente nuestro actual Rosario tuvo su origen en este modelo musulmán, ya que durante ocho siglos lo s españoles sufrieron la ocupación mora y muchas costumbres árabes se quedaron en España. Cuenta la tradición que en el siglo XII la Virgen María se apareció a Santo Domingo de Guzmán, español, y le enseñó a rezar el Santo Rosario. Por eso cantamos: “Viva María, viva el Rosario, viva Santo Domingo que lo ha fundado”.Ciertamente debemos a los Dominicos la propagación de esta bella oración. Rezo y meditación Se llama “Rosario” porque es como una colección de rosas preciosas ofrecidas a Dios a través de la más preciosa rosa que es la Virgen María. Consta el Rosario de 20 decenas de Avemarías precedidas por un Padre Nuestro. En cada decena se enuncia un “misterio”, es decir, un pasaje de la vida de Cristo y de María que nos ayudan a meditar. El Rosario se divide para su rezo en cuatro partes: los lunes y sábados se rezan los misterios gozosos; los martes y viernes, los misterios dolorosos; los miércoles y domingos, los misterios gloriosos, y los jueves los misterios luminosos. Al final del Rosario acostumbramos rezar las Letanías Lauretanas, que son como una colección de piropos a la Madre deDios con la que pedimos que ruegue por nosotros. Una oración del pueblo Por la sencillez de la oración y porque propicia la oración en común, el Santo Rosario ha tenido una gran aceptación en el pueblo sencillo de toda la catolicidad. La Iglesia misma, a través de los Papas, ha recomendado frecuentemente la costumbre del rezo del Rosario, enriqueciéndolo con indulgencias especiales. Existe, por ejemplo, una indulgencia total a los que recen el Santo Rosario en familia o comunidad con las condiciones de costumbre: confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa. La Virgen y el Rosario En Lourdes (Francia) y en Fátima (Portugal), la Virgen recomendó el Rosario a los videntes y lo mismo ha sucedido en otras de sus apariciones. A través del Rosario aprendemos a conocer más a la Virgen María y a sentirla más cercana de nosotros. La hacemos nuestra intercesora y nuestra medianera ante su Hijo y ante el Padre Dios. Ella nos acerca más a Jesús y lo hace presente en nuestra vida como lo hizo presente allá en Belén en la noche de Navidad. El mes de octubre lo dedica la Iglesia católica al rezo del Rosario. ¿Qué tal si aprovechas para aprender a rezarlo?