El escapulario. La protección maternal de María 

Arnold Omar Jiménez Ramírez

 

Aunque muchos jóvenes de hoy ya no cuelgan de su cuello un escapulario, hay quienes sí aún lo portan. En este sentido, cabe resaltar que la devoción del escapulario ni ha perdido importancia, ni actualidad, sobre todo teniendo en cuenta que en este mundo saturado de imágenes, símbolos y significados, se ha vuelto preciso redescubrir el sentido de esta devoción mariana, tan profundamente arraigada en el corazón de miles de mexicanos. Uno de los arzobispos de Guadalajara, el Cardenal José Salazar López, quien se distinguió por su sencillez y humildad, dijo en alguna ocasión: «El escapulario es un armadura contra las asechanzas del enemigo y la protección amorosa y maternal de la Madre del Cielo».

San Simón Stock, el mensajero de la Virgen

Tras una serie de problemas suscitados al interior de la Orden Carmelita, establecida en el Monte Carmelo, se nombró a Simón Stock, en 1246, como Superior General de la misma. Éste comprendió que de persistir la crisis que imperaba en la Orden, a ésta le quedaba poco tiempo de seguir activa, por lo tanto Simón recurrió a María Santísima, poniendo la Orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó «La Flor del Carmelo» y la «Estrella del Mar», y le rogó su protección para toda la comunidad. En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le apareció la Virgen a San Simón Stock, y le entregó el escapulario para la Orden, con la siguiente promesa: «Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los carmelitas: Quien muera usando el escapulario, no sufrirá el fuego eterno».

Aunque el escapulario fue dado a los carmelitas, numerosos laicos, con el paso del tiempo, sintieron el llamado de vivir una vida más comprometida con la espiritualidad carmelita, y fue así como comenzó la Cofradía del Escapulario, donde se incluyeron muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y el uso del escapulario carmelitano.

Muchos Papas, santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo utilice, recibirá de María Santísima, a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso de vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.

¿Qué significa el escapulario?

1. El amor y la protección maternal de María: El signo exterior es un fragmento de tela o manto pequeño. Vemos cómo María, cuando nace Jesús, lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.

2. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.

3. El suave yugo de Cristo: «Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana». (Mt 11, 29-30).

El escapulario, un sacramental y una consagración


La palabra escapulario proviene del Latín scapulae, que significa «hombros». Originalmente se trataba de una prenda superpuesta que caía de los hombros y cubría pecho y espalda. Lo portaban los monjes durante sus labores diarias. Al paso del tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día, que como discípulos de Cristo debemos llevar todos sobre nuestros hombros. 

Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad, pueden llevar el escapulario. La Virgen dio a los carmelitas el escapulario como un «hábito» que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello, con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el Rosario y la «Medalla milagrosa», el escapulario es uno de los más importantes sacramentales marianos.

Dice San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia: «Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios».

El escapulario es también un sacramental. Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia ha aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.

Fuente: Semanario, Arquidiocesis de Guadalajara, México