El escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo

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Después de la invasión musulmana a los lugares santos, la pequeña Orden del Carmelo, considerada heredera de los ermitaños y profetas que habían vivido en el monte, debió exilarse en Europa. Allí la Orden, desconocida y mal vista, pronto se vio expuesta a desaparecer. Fue el momento que la Virgen escogió para intervenir. En 1251 se le apareció a San Simón Stock, entonces general de los Carmelitas, quien no dejaba de implorarle que impidiera la desaparición de la Orden. Ella le entregó un escapulario que debía llevarse sobre los hábitos. 

En esa época, los criados de casa se cubrían con una pequeña túnica, cuyo color e intención era el signo distintivo de su patrón. El escapulario del Monte Carmelo sería como estas pequeñas túnicas. La Virgen le confía así a San Simón la librea de sus criados para que sea llevada por los carmelitas; seguida de estas palabras: "Recibe, hijo mío, este escapulario, signo de una estrecha alianza conmigo. Te lo doy como hábito para tu orden: será para tí y para todos los Carmelitas un privilegio y quienes lo lleven no sufrirán el fuego eterno. Es sello de salvación en los peligros y de la feliz posesión de la vida que no tendrá final."

Fuente: mariedenazareth.com