|
¡Dichosa Tú que has creído! (cf. Lc 1, 45)
Siervo de Dios SS. Juan
Pablo II
Homilía. Santuario Mariano de Chiquinquira, Colombia
3-VI-1986
¡Dichosa
Tú que has creído! (cf. Lc 1, 45)
Como
peregrino a tu santuario de Chiquinquirá, me postro ante
Ti, oh Madre de Jesús, pronunciando las palabras con las
que te saludó Isabel, la esposa de Zacarías, en el umbral
de su casa.
¡Dichosa
Tú, que has creído!
Dichosa,
porque a impulsos de tu fe, en respuesta al anuncio del
Angel, acogiste en tu seno la Palabra del Dios vivo.
Dichosa
Tú por haber pronunciando aquel bienaventurado “fiat”
que te convirtió, por virtud inefable, de Sierva del Señor
en la Madre del Verbo Eterno: Dios de Dios, Luz de
Luz, hecho hombre en tus entrañas virginales. ¡El Verbo se
hizo hombre!(cf. Jn 1, 14).
¡Dichosa
Tú, porque gracias a tu acatamiento de la Palabra de Dios,
se cumplió, ya en la plenitud de los tiempos, el
acontecimiento más señalado por los profetas para la vida
y para historia de la humanidad: “El pueblo que andaba en
tinieblas, vio una luz grande” (Is 9, 2): tu
Hijo Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, el Redentor del
hombre, el Redentor del mundo!
Fuente:
vatican.va
|
|