Virgen
Santa del Pilar
Siervo de Dios SS. Juan
Pablo II
Viaje apostólico a España. Santuario de Nuestra Señora del Pilar. Zaragoza, 6 de noviembre de 1982
7.
Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de
María en esta tierra española donde tantos frutos ha
producido. Y quiero finalmente encomendarte, Virgen Santísima
del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y
pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos
de todas las naciones hispánicas.
¡Dios
te salve María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te
salve, vida, dulzura y esperanza nuestra!
A
tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las
familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión
de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de
los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.
Te
encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu
Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese
ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro,
la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la
vida y empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en
estas tierras.
En
tus manos pongo la fatiga y el sudor de quienes trabajan con
las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su
saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación
de quienes con su ciencia y servicio alivian el dolor ajeno;
la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.
En
tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los
quehaceres económicos, procuran honradamente la prosperidad
de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad,
informan y forman rectamente la opinión pública; de
cuantos, en la política, en la milicia, en las labores
sindicales o en el servicio del orden ciudadano, prestan su
colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y
segura convivencia.
Virgen
Santa del Pilar: Aumenta nuestra fe, consolida nuestra
esperanza, aviva nuestra caridad.
Socorre
a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad,
ignorancia, hambre o falta de trabajo.
Fortalece
a los débiles en la fe.
Fomenta
en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a
Dios.
Protege
a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y
asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como
Patrona de la Hispanidad. Así sea.
Fuente:
vatican.va
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