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Solemnidad de la Inmaculada Concepción
Virgen María SS.
Benedicto XVI
¡Oh Virgen
Inmaculada, en este momento quisiera confiarte especialmente
a los "pequeños" de nuestra ciudad: ante todo a los
niños, y especialmente a los que están gravemente enfermos;
a los muchachos pobres y a los que sufren las consecuencias
de situaciones familiares duras! Vela sobre ellos y haz que
sientan, en el afecto y la ayuda de quienes están a su lado,
el calor del amor de Dios.
Te encomiendo, oh
María, a los ancianos solos, a los enfermos, a los
inmigrantes que encuentran dificultad para integrarse, a las
familias que luchan por cuadrar sus cuentas y a las personas
que no encuentran trabajo o que han perdido un puesto de
trabajo indispensable para seguir adelante.
Enséñanos, María, a ser solidarios con quienes pasan
dificultades, a colmar las desigualdades sociales cada vez
más grandes; ayúdanos a cultivar un sentido más vivo del
bien común, del respeto a lo que es público; impúlsanos a
sentir la ciudad —y de modo especial nuestra ciudad de Roma—
como patrimonio de todos, y a hacer cada uno, con conciencia
y empeño, nuestra parte para construir una sociedad más
justa y solidaria.
¡Oh Madre Inmaculada, que eres para todos signo de segura
esperanza y de consuelo, haz que nos dejemos atraer por tu
pureza inmaculada! Tu belleza —Tota
pulchra,
cantamos hoy— nos garantiza que es posible la victoria del
amor; más aún, que es cierta; nos asegura que la gracia es
más fuerte que el pecado y que, por tanto, es posible el
rescate de cualquier esclavitud.
Sí, ¡oh María!, tu nos ayudas a creer con más confianza en
el bien, a apostar por la gratuidad, por el servicio, por la
no violencia, por la fuerza de la verdad; nos estimulas a
permanecer despiertos, a no caer en la tentación de
evasiones fáciles, a afrontar con valor y responsabilidad la
realidad, con sus problemas. Así lo hiciste tú, joven
llamada a arriesgarlo todo por la Palabra del Señor.
Sé madre amorosa
para nuestros jóvenes, para que tengan el valor de ser
"centinelas de la mañana", y da esta virtud a todos los
cristianos para que sean alma del mundo en esta época no
fácil de la historia.
Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
Salus Populi Romani,
ruega por
nosotros
Solemnidad de la Inmaculada Concepción Virgen María.
Homenaje a la Inmaculada en la Plaza de
España. Lunes 8
de diciembre de 2008
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