Santa María, Nuestra Señora de la Oración,
que acogiste con fe el mensaje del ángel Gabriel,
que te convertiste en la Madre de Jesús, el Hijo Único de Dios :
Enséñanos a rezar para crecer en la Fe.
En la Visitación, tú que exultaste de alegría con el Magnificat :
Enséñanos a dar gracias a Dios.
En Caná, tú que le pediste a Cristo el vino para
la boda :
Enséñanos a interceder por nuestros hermanos.
De pie, al lado de la Cruz, tú que te ofreciste con Jesús por amor a los
pecadores :
Enséñanos a acoger la misericordia del Padre.
En Pentecostés, tú que rezabas con los apóstoles
cuando recibieron la plenitud del Espíritu Santo :
Enséñanos a pedir el Espíritu para testimoniar el Evangelio.
Tú que eres la Madre de la Iglesia y la protección de las familias,
cuida a cada una de nuestras familias :
Enséñanos a amarnos con fidelidad.
Tú que eres la Madre de la humanidad y la Patrona de Francia,
abre nuestro país a las dimensiones universales del amor de Dios :
Enséñanos a servir con generosidad.
Oh María sin pecado concebida, ¡reza por nosotros
que recurrimos a Tí
Nuestra Señora de la Oración, enséñanos a rezar.