Purificación de María

San Antonio


Te suplicamos, oh Señora nuestra y escogida Madre de Dios, que nos purifiques de la sangre de los pecados y que nos guíes al fuego esplendente de la contrición, a la cera de la confesión y a la estopa de la satisfacción, para que así podamos llegar a la luz y a la gloria de la Jerusalén celestial. 

Dígnese concedérnoslo aquel Jesús, a quien hoy ofreciste en el templo. A El sean honor y gloria por los siglos de los siglos. ¡Amén! ¡Así sea! 

Fuente: franciscanos.net