Madre del Perpetuo Socorro

Autor:

 

Oh Madre del Perpetuo Socorro, a Vos cuyo solo nombre inspira confianza. ¡Madre de amor, venid, venid en mi socorro! En el momento peligroso de la tentación, para que yo resista.

 Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa  

 

Cuando haya tenido la desgracia de pecar, para que vuelva a levantarme.

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

 Si algún lazo funesto me encadena al servicio del demonio, para romperlo.

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

Contra las seducciones del mundo, las compañías peligrosas y los libros perniciosos.

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

Si vivo en la tibieza, para reanimarme. En la recepción de los sacramentos y en el cumplimientos de los deberes de la piedad cristiana.

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

En todas las pruebas y trabajos  de la vida. 

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

Contra mi propia inconstancia, y para perseverar hasta el fin. 

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

Para que os ame, os sirva y os invoque siempre. 

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

Para que incline al prójimo a amaros, a serviros y a invocaros. 

Venid a mi socorro, oh Madre bondadosa

¡Oh Madre mía, hasta mi último día, hasta mi último suspiro!