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María, cuando sonríes
Padre
Jesús Martí Ballester
María,
cuando sonríes, es como si echaras mil
palomas al aire. Llamaba la atención a todos tu
silencio ya cuando eras niña. Siempre tan callada,
sentadita mirando al crepúsculo. María, pienso que
sólo estando ahí me haces compañía. Me parece que
vivo el salmo: «Tú, Señor, enciendes mi lámpara,
Dios mío, tú alumbras mis tinieblas».
María, Niña aún, tienes algo de madre que vive
desde siempre en mi casa. ¿Qué secretos guardaba tu
silencio adolescente? ¿Por qué te gustaba tanto la
ventana asomada al poniente? A ti te gusta el
silencio sin más, o mirar por la ventana. Un regusto
interior te salía fuera cuando contemplabas, y el
paisaje te acariciaba el alma. A veces recitabas
algún salmo. Tú eres la que será siempre la Madre de
los contemplativos. Una maestra que nos está
haciendo falta en estos tiempos tan vertiginosos y
de tanta algarabía que nos impide pensar, orar,
contemplar. Enséñame a contemplar, a orar, a
formular salmos, al menos en este mes de mayo, que
venimos a cantarte y a traerte flores.
Fuente:
autorescatolicos.org
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