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Madre
María, ruega por nosotros, para que seamos asociados al triunfo de tu Hijo.
El murió para manifestar y establecer la nueva alianza, y el Padre lo
levantó de la muerte, y le concedió el Nombre sobre todo Nombre, para que
ante El se doble toda rodilla y lo confesemos como Hijo de Dios. Que de El
recibamos gracia sobre gracia, para glorificar su Nombre y configurar a los
demás adolescentes y jóvenes a su imagen. Madre, agradece con nosotros el
plan salvador de Dios.
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