Virgen María, enséñanos a permanecer dóciles y abiertos al Espíritu que vive en cada uno de nosotros.
Madre, reúnenos a todos en torno a ti como congregaste a los discípulos de tu Hijo, para que sepamos recibir al Espíritu.
Madre de Jesús, llena de gracia, la esclava del Señor, enséñanos a estar atentos a la voz del Espíritu manifestada en las circunstancias de cada día y en las personas con las que nos relacionamos.
Fuente:
educadormarista.com