Señora de Dios, meditando los misterios del Rosario, te reconocemos como la Virgen valiente. Admiramos tu especial valentía cuando estás junto a la Cruz (Cf. Jo. 19,25).
Madre: contágianos tu valentía. Que no tengamos miedo, que seamos valientes para proclamar que Cristo es nuestro Redentor y que seguimos sus enseñanzas con la vida y con la muerte.
Que el Rosario sea expresión de nuestra valentía y arma que nos defiende en los momentos de debilidad y de lucha.
Fuente: cofradiarosario.net