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Gracias a ti, María
Autor:
¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en
el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los
ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente,
contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y
tentando a los miserables hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y
Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la
cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo
corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no
caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos
lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la
sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz.
Amén.
Fuente:
cipecar.org
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