“Virgen Santa María,
llena nuestros corazones del Espíritu divino que colma el tuyo;
que de tu plenitud recibamos nosotros,
que nuestro espíritu sea destruido
y que el Espíritu de tu Hijo se establezca
plenamente en nosotros
para que no vivamos, hablemos y actuemos
sino por el Espíritu de Jesús.
Amén”