¡Oh mi Señora!

Germano de Constantinopla

 

Oh mi único alivio,
oh ráfaga divina, dulzura para mi insensibilidad,
oh lluvia que baja de Dios sobre mi corazón
resecado,
oh lámpara resplandeciente que ilumina la
oscuridad de mi alma,
sustento para mi debilidad,
vestimenta para mi desnudez,
riqueza en mi extrema miseria,
remedio para mis heridas incurables,
consuelo que pone fin a mis lágrimas y gemidos,
liberadora de todas mis desventuras.
bálsamo para mis dolores,
libertad a cambio de mi esclavitud,
esperanza de mi salvación...
Así sea, oh mi Señora
Así sea, oh mi refugio,
mi vida y mi auxilio,
mi defensa y mi gloria,
mi esperanza y mi fortaleza.