Salve, ¡Oh Madre!

Teodoro de Ancira

 

Dejémonos guiar por las palabras de Gabriel,
que es ciudadano del cielo, y digamos:
Salve, ¡oh llena de gracia, el Señor está contigo!
Repitamos con el ángel:
Salve, ¡oh alegría tan deseada!
Salve, ¡oh júbilo de la Iglesia!
Salve, ¡oh nombre lleno de perfume!
Salve, ¡oh rostro iluminado por la luz de Dios
y que difunde tanta belleza!
Salve, ¡oh memorial hecha de veneración!
Salve, ¡oh velo saludable y espiritual!
Salve, ¡oh Madre iluminada por la luz naciente!
Salve, ¡oh inmaculada Madre de la santidad!
Salve, ¡oh fuente burbujeante de agua viva!
Salve, ¡oh Madre tan joven
y modelo del nuevo nacimiento!
Salve, ¡oh Madre llena de misterio e inexplicable!
...
Salve, ¡oh jarro de alabastro,
del ungüento de la santificación!
Salve, ¡oh tú que sabes valorizar la virginidad!
Salve, ¡oh modesto espacio que acogió en sí
a aquel que el mundo no puede contener!