Santa María: Tú experimentaste la cercanía de Dios en Cristo de forma
excepcional y privilegiada: lo llevaste virginalmente en tu seno, lo
tuviste maternalmente entre tus brazos, conviviste con Él en Nazaret, lo
acompañaste en la Cruz … Enséñanos a vivir en Cristo, desde Él y para
Él, en su cercanía e intimidad, fieles al Espíritu Santo, para gloria
del Padre.