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Es necesario "Marianizar" nuestras vidas
+ S.E.R.
Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata,
Argentina
Reflexión del
arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer en el programa “Claves
para un mundo mejor”, en su emisión del sábado 4 de noviembre de
2006
El 7 de noviembre comienza el Mes de María. Así se llama a ese
período de 30 días que precede a la gran solemnidad de la Inmaculada
Concepción de la Virgen y me parece que es una buena oportunidad
como para que pensemos no simplemente en nuestra devoción mariana,
en las prácticas de esa devoción, sino en la referencia esencial
para la vida cristiana respecto de la Madre de Dios.
Es decir que la devoción mariana no es algo colateral como podría
ser la devoción a cualquier otro santo sino que es una relación
esencial con la Virgen como algo constitutivo de nuestra vida
cristiana.
Todos los Santos son modelos e intercesores pero la Virgen lo es de
un modo singular, único, eminente. En primer lugar como modelo
tenemos que pensar que Ella se nos propone como el tipo, por
excelencia, de asimilación de la Palabra de Dios. Recordemos aquello
del Evangelio que María “conservaba todas estas cosas”. Es decir los
acontecimientos que constituían el misterio de Cristo y las meditaba
en su corazón.
María es, entonces, el modelo de asimilación de la Verdad revelada
por Dios, la verdad que se concreta en Cristo mismo.
Pero María es también nuestra intercesora también en este sentido:
pasar por Ella para ir a Jesús no es dar un rodeo sino al contrario
es encontrar y tomar un atajo mejor, un atajo que directa y
seguramente nos lleva al Señor.
Ahora bien: ¿cómo se asimilan estos valores en nuestra psicología
espiritual? Y esto es lo que les propongo que ustedes elaboren,
mediten, recen, a lo largo de este mes que es el Mes de María. Ver
como incorporamos habitualmente nuestra relación a la Virgen como el
medio por excelencia para estar en relación con Jesús, para estar en
relación con la Santísima Trinidad.
Esto quiere decir que tendríamos que ir logrando hacer todas las
cosas por medio de Ella, quiere decir junto a Ella y en una
intimidad con Ella de tal modo que vayamos como captando sus
intenciones que son las intenciones de Dios, la voluntad de Dios y a
partir de allí plantear toda nuestra relación con Jesucristo y la
proyección de nuestra conducta cristiana. Es decir marianizar toda
nuestra vida.
Parece difícil esto pero no lo es porque es una cuestión que tiene
que ver con el orden de la Providencia de Dios al manifestarse en
nosotros, porque Jesucristo ha venido al mundo por medio de la
Santísima Virgen María y es algo que brota en toda la tradición de
la Iglesia que nos enseña precisamente esto: ir a Jesús por medio de
María y de esta manera.
Espero que a lo largo de este mes podamos acercarnos un poquito más
a este ideal mariano que es una nota característica de la vida de
todo católico. Hasta el sábado si Dios quiere.
Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata
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