|
Pereginación Juvenil a Guadalupe
+ S.E.R.
Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz,
Argentina
Texto del micro radial
de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera
Cruz, emitido por LT 9.
(Sábado 15 de setiembre de 2007)
El mes de Septiembre, mes de la Primavera, es considerado también el
mes de la Juventud. En este marco vamos a realizar la Peregrinación
Arquidiocesana de los Jóvenes a Guadalupe. Marcharemos desde el
Puente Colgante hasta el Santuario de Nuestra Madre bajo el lema:
“Discípulos con María, anunciamos la Vida”.
La juventud es un tiempo de búsqueda e ideales que necesita de un
espacio cultural y espiritual para desarrollarse. Creo que este es
uno de los mayores desafíos de nuestra época: saber presentar y
preservar esos espacios que le permitan al joven descubrir y
desarrollar sus grandes ideales. Hoy notamos, desgraciadamente, que
ese tiempo de vida en el que se desarrolla la historia personal de
los jóvenes, con sus preguntas y búsqueda de sentido, no siempre
encuentran ese espacio que necesitan. A este espacio lo considero
como un ámbito de valores morales y estéticos, en el que se aprecia
y valora tanto la búsqueda de la verdad, como el gusto por la
belleza y el compromiso con el bien. La falta de este espacio
cultural compromete el horizonte y el nivel de opciones en la vida
de los jóvenes. A veces pienso que la sociedad solo los considera
como una franja económica de consumo y para ellos crea “espacios”
donde abunda la chabacanería, el mal gusto, relaciones carentes de
contenido que no ayudan a descubrir y orientar un proyecto de vida
verdaderamente humano. El nivel de nuestra televisión es una muestra
de la pobreza cultural del espacio en el que nos movemos.
Frente a esta realidad tan pobre que no los ayuda a crecer
reaparecen, sin embargo, en la vida y deseos de los jóvenes el gusto
por lo noble, lo bello y un generoso espíritu de solidaridad. Esta
verdad que nos muestran con sus vidas y reclamos son un signo de
esperanza y de compromiso para todos. No hace mucho el Papa invitaba
a los jóvenes a no dejarse manipular por una sociedad que no los
eleva, ni a dejarse llevar por falsas ilusiones de felicidad que les
presenta el camino de la droga, del placer deshumanizado o de la
violencia que no respeta la sacralizad de la vida y destruye los
vínculos sociales. Para descubrir su vocación y alcanzar su plenitud
humana y espiritual el Evangelio conserva hoy para los jóvenes toda
su actualidad, por ser un camino que les presenta la grandeza de un
proyecto de vida. Jesucristo es lo más actual para un joven. Sepamos
vivir y trasmitir con gozo esta verdad. En el reciente documento de
Aparecida se nos dice que: “Los jóvenes son sensibles a descubrir su
vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados,
concluye, a ser -centinelas del mañana-, comprometiéndose en la
renovación del mundo a la luz del Plan de Dios” (Apar. 443). Esto es
responsabilidad de todos, especialmente de una política cultural hoy
ausente.
Este es el mensaje de una Vida Nueva con el cual queremos marchar
hacia el Santuario de Guadalupe. Lo hacemos con la certeza de que
María, la primera discípula de Jesucristo, es la que nos acompaña en
este camino de anunciar el Evangelio de su Hijo. Confiado en la
fuerza del Evangelio y en la generosidad de nuestros jóvenes, les
hago llegar desde la Casa de Nuestra Madre y Patrona de Santa Fe,
mis saludos y oraciones, junto a mi bendición.
Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
|
|