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Fiesta de la Natividad de María
+ Francisco Gil Hellín. Arzobispo de Burgos.
Misa con sacerdotes de la ciudad - Miraflores - 8 septiembre
2009
1. Alegría de estar con vosotros. El obispo y los sacerdotes de la
diócesis forman un único presbiterio y están especialmente unidos
con vínculos de fraternidad sacramental. Además, como la ciudad de
Burgos tiene casi la mitad de fieles de la diócesis, vosotros sois
mis colaboradores principales. Lo que decía san Ireneo del Hijo y
del Espíritu Santo respecto al Padre –que eran sus brazos–, puedo
decirlo yo de vosotros: sois los brazos con los que puedo realizar
la tarea de apacentar esta porción de la Iglesia, que el Señor me ha
encomendado.
2. Unidad afectiva y efectiva. Por eso, siguiendo con el símil de
los brazos, hemos de estar muy unidos unos con otros, yo con
vosotros y vosotros conmigo. Esta unión debe ser, en primer lugar,
afectiva, con el corazón: hemos de querernos y ayudarnos unos a
otros. Esto nos llevará a la unión efectiva en la acción, para tirar
todos del mismo carro y en la misma dirección. La unión hace la
fuerza y la desunión y la división paraliza y destruye la acción
apostólica. Por eso, nada desea tanto el demonio como sembrar cizaña
y desconfianza. Ya se sabe que todos tenemos limitaciones y
debilidades; pero esto no puede empañar nuestras relaciones
fraternas y amistosas.
3.– Unión para comenzar con fuerza el nuevo curso pastoral. Esta
unión es especialmente necesaria ahora que vamos a iniciar un nuevo
Curso Pastoral.
3. El panorama que se abre ante nosotros es inmenso y apasionante.
Pensad lo que ocurre con las luces del coche cuando viajamos de
noche: la oscuridad no es para ellas una dificultad sino una
oportunidad. Esto es lo que ocurre con nuestro ministerio: la
oscuridad doctrinal y moral que padecen muchos de nuestros fieles
son una oportunidad para nuestro celo y acción pastoral.
– una oportunidad para preparar con esmero nuestras homilías
– una oportunidad para mimar la catequesis con los niños
– un oportunidad para implantar la catequesis familiar
– una oportunidad para comenzar a poner en práctica los nuevos
Itinerarios de la Iniciación cristiana, según lo que ya tenemos
prácticamente ultimado
– una oportunidad para la pastoral con los padres que se acercan a
pedir el bautismo para sus hijos
– una oportunidad para impulsar la pastoral con los novios
– una oportunidad para comenzar la pastoral con los matrimonios en
dificultad o divorciados civilmente,
– una oportunidad para intensificar la pastoral juvenil, dado que
este año será muy importante para preparar la Jornada Mundial de la
Juventud en Madrid, el verano de 2011 y que es Año Santo Jacobeo,
con todas las iniciativas que la diócesis de Santiago pondrá en
marcha
– una oportunidad para estar atentos a lo que el Papa nos dirá con
la publicación de la Exhortación Postsinodal sobre la Palabra de
Dios.
4. Por tanto, ánimo, mucho ánimo y mucha ilusión. Como veis, es
mucho lo que Dios espera de nosotros y lo que podemos aportar a
nuestros fieles. Tened espíritu positivo: no es que vayamos a negar
las dificultades, pero sabemos que el poder de Dios es más grande
que todas ellas. Dios, además, escribe con líneas torcidas, como nos
dice el evangelio de hoy: en la genealogía del Mesías no sólo hay
luces de personajes buenos y fieles sino sombras de grandes
pecadores, como el rey David y otros. Pero Dios realizó su plan de
salvación y envió al Mesías. Tended también mucho espíritu de
iniciativa: estamos en tiempos de abrir nuevos caminos, de iniciar
nuevos métodos, de vivir nuevas experiencias. Los científicos llevan
muchos años trabajando en firme para curar el cáncer. Todavía no lo
han conseguido, pero lo conseguirán. Nadie pensará que sus aparentes
fracasos son fracasos reales, porque sin ellos nunca descubrirían
cómo curar el cáncer. A nosotros nos ocurre lo mismo: lo que parecen
fracasos no lo son, porque trabajamos para Dios y porque vamos
haciendo camino al andar.
5. La ayuda y devoción a la Virgen. En una de las audiencias de este
verano decía el Papa que la Virgen es madre de los sacerdotes «de
modo especial». Y daba dos razones: primera: nadie es tan Cristo
como ellos; segunda: nadie se preocupa tanto como ellos de anunciar
y engendrar a Cristo en las almas. Tengamos gran amor y devoción a
María. Madre de los sacerdotes, ruega por nosotros; reina de los
apóstoles, ruega por nosotros.
† Francisco Gil Hellín
Arzobispo de Burgos
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