La Inmaculada

+José Sánchez González, Obispo de Sigüenza-Guadalajara, España

 

 

8 de diciembre de 2004

Queridos diocesanos:

La solemnidad de la Inmaculada Concepción, que celebramos el día 8 de diciembre, adquiere en este año especial relevancia, porque se cumple el 1500 Aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, por el Papa Beato Pío IX, en Roma en 1854.

Por este motivo, la Iglesia en España establece un Año de la Inmaculada, que va desde el próximo día 8 de diciembre de 2004 hasta el 8 de diciembre de 2005.

La próxima celebración de la Solemnidad de la Inmaculada y la del Año de la Inmaculada, que comienza ese mismo día, nos ofrecen la oportunidad de recordar el sentido de nuestra fe en el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y de renovar nuestra consagración personal y comunitaria a nuestra Madre.

Como se dice en la bula Ineffabilis Deus de Pío IX, creemos que «la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano».

Además, la Virgen María fue dotada por Dios de los dones y gracias correspondientes a la importante misión que Dios le encomendó de ser la Madre de su Hijo. Por eso, el Angel en la Anunciación la llama la «llena de gracia» e Isabel la proclama «bendita entre las mujeres». Con la ayuda de Dios, María respondió generosamente a la iniciativa divina. Hágase en mí según tu palabra - respondió al Angel - y cumplió a la perfección con su misión. Hoy se nos ofrece como modelo de fe, de esperanza y de caridad y nos precede y acompaña en nuestro camino como modelo maestra y Madre nuestra.

María ha adquirido la plenitud y se nos ofrece como modelo en nuestro camino hacia la perfección a la que el Señor nos llama a todos.

El misterio de la Inmaculada Concepción de María es la manifestación de la iniciativa salvadora de Dios, de la primacía de su gracia y de la perfecta conjunción de esa iniciativa con la generosa respuesta humana.

Recordando la rica y antigua tradición de España y de nuestra diócesis, con su antigua Universidad de Sigüenza o con Molina de Aragón, que se destacaron en la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, varios siglos antes de que fuera definido, queremos en esta celebración y durante todo el Año de la Inmaculada honrar de manera especial a nuestra Madre en el misterio de su Concepción Inmaculada.

Esa es la razón de haber organizado la exposición de arte religioso que, con el título de «Gratia plena», fue inaugurada el pasado día 2 de este mes y podrá ser contemplada en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, en Guadalajara, hasta el próximo día 9 de enero.

Pero nuestra devoción a María no puede quedarse en la celebración de su fiesta y en la contemplación de una exposición de arte sacro al cumplirse los 150 años de la proclamación de este dogma. Con María hemos de entrar en este año en el Adviento y preparamos con ella y como ella a recibir a su Hijo, que es el Hijo de Dios. Las Navidades de este año habrán de tener para nosotros, de la mano de María su Madre, un especial sentido cristiano y espiritual.

Con San Ildefonso de Toledo le decimos a la Inmaculada: «Te pido, oh Virgen Santa, obtener a Jesús, por medio del mismo Espíritu, por el que tú has engendrado a Jesús. Reciba mi alma a Jesús por obra del Espíritu, por el cual tu carne ha concebido al Mismo Jesús. Que yo ame a Jesús en el mismo Espíritu, en el cual tú lo adoras como Señor y lo contemplas como Hijo».

En la celebración de la fiesta de la Inmaculada o en otras fiestas hemos de aprovechar la ocasión para renovar, personalmente o como comunidad, nuestra consagración a la Virgen Inmaculada nuestra Madre.

Finalmente, en este Año de la Eucaristía, proclamado por el Papa, hemos de acrecentar nuestra vida eucarística, centrada en este misterio, fuente y cumbre de la vida cristiana. María nos conduce a la Eucaristía. «María es mujer eucarística con toda su vida» nos dice Juan Pablo II.

Os saluda y bendice vuestro Obispo

+ José Sánchez González, Obispo de Sigüenza-Guadalajara