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"Entraron en la casa y
vieron al Niño con María, su Madre" (Mt 2, 11).
SS.
Juan Pablo II
Angelus.
Visita pastoral a Plaza Battisti, Rieti, Italia Domingo 2 de enero de
1983
"Entraron en la casa y vieron al Niño con María, su
Madre" (Mt 2, 11).
1. Reunidos en esta plaza para la oración mariana del Ángelus, tenemos
todavía ante nuestros ojos la sugestiva escena evangélica de la
adoración de los Magos, evocada en la liturgia de este domingo, en el
que la Iglesia italiana anticipa la fiesta de la Epifanía.
Como sabéis, Epifanía significa manifestación de Jesús a los pueblos,
revelación del Mesías esperado desde siglos, es decir, el Hijo de Dios
hecho Hijo del hombre para ser en todo solidario con él y salvarlo así
del pecado. Al ser, pues, una fiesta esencialmente misionera, la mirada
se dilata hacia todo el mundo y hacia todos los pueblos, a los que la
Iglesia es llamada para llevarles la luz de la salvación. Mi pensamiento
se dirige por esto a los misioneros y misioneras esparcidos por el
mundo, prodigándose generosamente en tierras lejanas; pero hoy va,
especialmente, a todo el clero secular y religioso y a las religiosas,
comprometidos en la tarea de hacer conocer a Jesús a las comunidades
cristianas de esta vieja diócesis reatina, a la manera como la Virgen
Santísima presentó a Cristo a los Magos. Extiendo mi saludo a los
diáconos y a los seminaristas que son la esperanza más querida de esta
diócesis.
2. Queridos sacerdotes, religiosos y religiosas, que os dedicáis a la
animación cristiana de la diócesis de Rieti: Deseo deciros que mi cariño
hacia vosotros es grande y que me siento unido a vosotros con
sentimientos de cercanía espiritual, de hermandad, de comunión en la fe
y en la gracia, en el sacerdocio y en la misión de anunciar el Evangelio
de Cristo.
Conozco las dificultades y fatigas de la acción
pastoral, especialmente cuando ésta debe desarrollarse en parroquias tan
pequeñas y dispersas y no raramente con las incomodidades de la salud y
de la edad. Pero conozco también la fe y el espíritu de servicio que
tradicionalmente caracterizan al clero y a los religiosos de este "Valle
Santo".
Os caracterice siempre, además de un intenso empeño pastoral y un
esfuerzo decidido por incrementar las vocaciones en las diversas edades
y ambientes, una continua búsqueda de perfeccionar la propia formación
disciplinar, cultural y ascética.
La Iglesia exige un estilo de vida sacerdotal y religiosa profundamente
arraigado, según conviene a discípulos y apóstoles que, fascinados por
el Maestro, siguen de cerca sus pasos.
3. De este modo os sentiréis, como ya aconteció a los Magos venidos de
lejos, cada vez más comprometidos en la tarea de buscar al Salvador,
haciéndoos interiormente la misma pregunta que los tres Sabios: "¿Dónde
ha nacido el rey de los Judíos?" (Mt 2, 2). Recorreréis así el camino
que conduce hacia Él aceptando los signos que la Providencia os
manifestará; confirmaréis la decisión de responder con generosidad a la
vocación sacerdotal y religiosa, encontraréis de nuevo el ardor y el
vigor necesarios para dar pleno testimonio del Señor; experimentaréis la
alegría, a veces difícil, pero estupenda, de la fatiga pastoral y del
empeño apostólico.
La Virgen Santísima, Reina de los Apóstoles, sostenga y fecunde estos
propósitos. Que Ella nos muestre a Jesús, fruto bendito de su vientre, y
proteja también a todos los habitantes de Rieti y de este magnífico
Valle, tan queridos del corazón de San Francisco.
Fuente:
vatican.va
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