Visita Pastoral a Kazajstán, Astana

SS. Juan Pablo II

 

Angelus, 23 de septiembre de 2001

Al terminar esta solemne celebración, nos disponemos a rezar la tradicional plegaria mariana, dirigiéndonos con confianza a la "Virgen del perpetuo socorro". A ella está dedicada la catedral de Astana, que se divisa también desde esta plaza. Allí, mañana por la mañana, si Dios quiere, celebraré la santa misa para los sacerdotes, los religiosos y los seminaristas.

En este momento quiero acudir también en peregrinación espiritual a vuestro santuario mariano nacional, situado en Oziornoe. En él vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, veneráis a la Virgen con el título de "Reina de la paz". Postrado a sus pies, pido por toda la nación de Kazajstán: por sus autoridades y por los ciudadanos, por las familias, los jóvenes, los niños y los ancianos, por los que sufren y los necesitados.

A María os encomiendo a todos: cristianos y no cristianos, creyentes y no creyentes. En efecto, ella es Madre de todos, porque Cristo, su Hijo, es el Salvador de todos. Que María os ayude a todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, a realizar en la vida de cada día el mandamiento de Cristo: "Amaos los unos a los otros", que es el tema-guía de mi visita pastoral.

Al perpetuo socorro de la Reina de la paz encomiendo, asimismo, a los países vecinos de Kazajstán, dirigiendo un saludo particular a los peregrinos que hoy han querido venir de ellos para manifestar su fe y su afecto.

Juntos dirijámonos con confianza a la Esclava del Señor: "Ángelus Domini...".