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Culto
a María
SS.
Juan Pablo II
Audiencia.
22 de Octubre 1997
Amados hermanos y hermanas:
La Iglesia no sólo justifica doctrinalmente el culto a la Virgen María, sino que trata de promoverlo entre los creyentes, recomendando los ejercicios de piedad que alimentan la fe y la devoción hacia ella, como el rezo del Angelus y del Rosario.
Considera también que las imágenes de la Madre de Dios presentes en las casas, lugares públicos e innumerables iglesias, capillas y santuarios de todo el mundo, pueden favorecer la fe de los fieles y su veneración a nuestra Madre el cielo. En efecto, las imágenes hacen cercana y casi visible la ternura materna de Nuestra Señora, invitando a poner en ella nuestros ojos para invocar confiadamente su protección e imitar su completa disponibilidad a la voluntad de Dios.
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