Asunta y Reina

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He aquí cómo se ha expresado el Concilio acerca del destino escatológico de nuestra Señora: «Finalmente la Virgen Inmaculada preservada inmune de toda mancha de pecado original terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial, siendo ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a suHijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte»(LG, 59).En el texto precedente se habla de tres privilegios dogmáticos Inmaculada Concepción, Perfecta virginidad y Asunción añadiéndose la prerrogativa de la Realeza que no siendo estrictamente undogma de fe, pertenece a la doctrina católica que confesamos enla Liturgia y en el rezo de la Salve.Prescindiendo ahora de la Inmaculada Concepción y Perfecta Virginidad, centramos la atención en su Asunción y Realeza, es decir en los dos misterios gloriosos que recordamos y honramos en el Rosario. Corresponde al triunfo final de María de Nazaret y constituye la lógica culminación de su itinerario: había de triunfar con Cristo en el cielo la que se identificó con Él en latierra.¡Asunta y Reina, Glorificada y Coronada! No pudo padecer la corrupción del sepulcro Aquellaque no conoció la culpa en su vida terrena. Debía reinar sobre todas las criaturas la que fue«Obra Maestra» de Dios y la más perfecta de cuantas salieron de sus manos.María con su Asunción gloriosa en cuerpo y alma es ya lo que nosotros esperamos ser undía. Por este motivo es para toda la Iglesia signo de esperanza cierta y de consuelo. Mirándolaen su glorificación total nos sentimos animados, confortados y consolados. Fijando nuestrosojos en los suyos, confiamos alcanzar la meta con más seguridad y mayor fidelidad.Saludemos a nuestra Reina y Madre de Misericordia diciéndole con S. Bernardo:«Siguiéndote no nos extraviamos, rogándote no nos desesperamos, pensando en ti no nos fatigamos y siéndonos Tú propicia arribaremos al puerto de la gloria».No debemos olvidarlo: todo genuino testimonio de amor que ofrecemos a la BienaventuradaVirgen María, Reina Universal, lo dirigimos, por su propia naturaleza a Jesucristo. Todo el cultoque tributamos a la Virgen, finaliza en Jesucristo para alabanza de Dios Uno y Trino.A.M.P.EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA SON INSUSTITUIBLES Y NO ADMITEN ALTERNATIVAS«La Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios, el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas«, escribe BenedictoXVI.Dice el Papa que se propone «alentar, como lo hizo Juan Pablo II, la estupenda novedad, el Evangelio de la Familia, cuyo valor es esencial para la Iglesia y para la sociedad». «Todos los pueblos añade para dar rostro verdaderamente humano a la sociedad nopueden ignorar el don precioso de la familia, fundada en el matrimonio, la alianza matrimonial por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole». El Pontífice insiste en que «la familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misiónnobilísima e ineludible, como es transmitir la fe, que implica la entrega a Jesucristo». Lospadres son los primeros evangelizadores de los hijos, don precioso del Creador, comenzando por la enseñanza de las primeras oraciones», con lo que «el hijo crece en los valores humanos y cristianos que dan pleno sentido a la vida». (4VI2005)

Fuente: obracultural.org