María, Madre de Dios 

Padre Angel Peña, O.A.R

 

La expresión Madre de Dios (theotokos en griego), según algunos autores, la habría usado ya Orígenes en el siglo II. De lo que no hay ninguna duda es de que la empleó Alejandro de Alejandría (Epist ad Alexandrum Constantinopolitanum 12; PG 18, 568) en el siglo III. Ya en este siglo III era frecuente denominar a María como madre de Dios. También se sabe que antes del concilio de Efeso (año 431), existía ya en Jerusalén y en Constantinopla una fiesta a María, Madre de Dios. San Atanasio, en el siglo IV, emplea muchas veces el término madre de Dios y engendradora de Dios . Del siglo III, hacia el año 250, es una oración que se conserva en un papiro de Manchester en Inglaterra:
Bajo tu protección nos acogemos santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro. Oh Virgen gloriosa y bendita. La Iglesia copta de Egipto sigue rezando esta oración desde el siglo III y, al final, dice literalmente: Tú, la sola pura y bendita, asegurando que María es la única totalmente pura, santa y bendita del género humano. Pero, como vemos, se dice también con toda claridad Madre de Dios.

Esta doctrina de María, Madre de Dios, fue definida solemnemente como dogma de fe en el concilio de Efeso en el año 431. San Cirilo de Alejandría, que presidió el concilio, escribió: Me admiro de que haya alguien que pueda poner en duda, si la Santísima Virgen deba ser llamada Madre de Dios; porque, si Nuestro Señor Jesucristo es Dios, la santa Virgen su madre, es forzosa e innegablemente Madre de Dios. Ésta es la fe que nos han enseñado los apóstoles, ésta es la doctrina de nuestros padres. No que la naturaleza del Verbo o la divinidad haya tomado principio de María, sino que en ella ha sido formado y animado de un alma racional el sagrado cuerpo, al cual el Verbo se ha unido hipostáticamente, lo que hace decir que el Verbo nació según la carne. Así en el orden de la naturaleza, aunque las madres no tengan parte alguna en la creación del alma, no deja de decirse que son madres del hombre en su totalidad y no que solamente lo sean de su cuerpo .

El Papa Juan Pablo II decía: María es verdaderamente la madre de Dios; puesto que la maternidad abarca toda la persona y no sólo el cuerpo. De este modo, el nombre theotokos (madre de Dios) viene a ser el nombre propio de la unión con Dios, concedido a la Virgen María .