Maternidad total

Congregación para el Clero, Vaticano

 

Toda verdadera y propia noción de maternidad supone en la madre que concibe, gesta por nueve meses y da a luz, diversas funciones de orden físico, moral y espiritual con respecto al hijo. Y estas funciones no podían faltar en el gran acontecimiento de la Maternidad de María. 

Ella, físicamente, concibió en sus purísimas entrañas, llevó durante nueve meses, dio a luz, alimentó con su leche materna Jesús.

Ella, moralmente, fuera de su prodigiosa preparación a la Maternidad, siguió velando por su Hijo durante toda la infancia y vida privada. Todo este cúmulo de funciones morales maternales de María aparece en el Evangelio de San Lucas con la admirable advertencia de que María era consciente de todos estos misterios: 

" Su Madre guardaba todas estas cosas en su corazón " (Lc. 2, 5l) 

Ella, en fin, espiritualmente, cooperó dentro de ese misterioso parentesco y afinidad con Dios, a la manifestación de los grandes dones que encerraba el Niño Dios, de quien también dice el Evangelio de su infancia: 

" Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres " (Lc 2, 52) 

María, juntamente con José, era testigo y vigilante de ese misterioso crecimiento. 

Fuente: Clerus.org