De la perpetua virginidad de la Madre de Cristo

Santo Tomás de Aquino, Compendio de teología

   

Si María fué tan fortalecida contra todo movimiento del pecado, la gracia obró en Ella con mucha más intensidad, puesto que en Ella estaba completamente destruido el fomes del pecado ,cuando el Espíritu Santo vino a Ella, según la palabra del Ángel, para formar de Ella el cuerpo de Cristo. Por consiguiente, luego que fué hecha santuario del Espíritu Santo y morada del Hijo de Dios, sería un crimen creer, no sólo que hubiera en Ella movimiento alguno del pecado, sino que ni aun experimentara la delectación de la concupiscencia carnal. Es uno de los más abominables errores, el en que incurrió Elvidio, quien al mismo tiempo que confesaba que Cristo fué concebido y nació de una virgen, afirmaba, sin embargo, que la Virgen María tuvo después otros hijos en José. No pueden servir para apoyo de este error estas palabras del capítulo I de San Mateo: Y no la conoció (a María) hasta que parió a su Hijo primogénito, como si efectivamente hubiera tenido hijos después del nacimiento de Cristo, porque la palabra hasta que en este pasaje, no significa un tiempo limitado, sino indeterminado. En las Sagradas Escrituras es costumbre decir que una cosa ha sido hecha o no hecha hasta el momento en que pueda dudarse que se hace o no se hace. En efecto: en el salmo CIX se lee: Sentaos a mi derecha hasta que yo ponga a mis enemigos por escabel de tus pies, porque podía dudarse si Cristo se sentaría a la derecha del Padre, en tanto que no estuviesen sometidos a Él sus enemigos; pero luego que así se vió, ya no podía haber duda.

Podía dudarse también si antes del nacimiento del Hijo de Dios, José había tenido relaciones conyugales con María, y esta es la razón por qué el Evangelista tuvo cuidado de alejar esta duda, estableciendo como indubitable que no las tuvo, que no fué conocida después del parto. Tampoco puede aducirse como prueba del error de Elvidio que Cristo es llamado primogénito de María, porque en la Escritura se llama primogénito a aquel cuyo nacimiento no ha sido precedido de ningún otro, aun cuando no hubiera otros hijos posteriores, como se ve claramente en los primogénitos que, según la ley, eran consagrados al Señor y ofrecidos a los sacerdotes. Tampoco es favorable a este error el que en la Sagrada Escritura se llame a algunos personajes hermanos de Cristo, como si su Madre hubiera tenido otros hijos. En efecto: la Escritura acostumbra a llamar hermanos a todos los parientes, como Abraham llamó a Lot hermano suyo, aun cuando era su sobrino. En virtud de este uso, los sobrinos de María y sus demás parientes son llamados hermanos de Cristo, y lo mismo los parientes de José, que era considerado como padre de Cristo. Por esto se dice en el Símbolo "que nació de la Virgen María", y es llamada Virgen en el sentido absoluto de la palabra, porque permaneció Virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Antes hemos demostrado suficientemente que su virginidad no sufrió menoscabo antes ni después del parto. En el acto del parto tampoco sufrió menoscabo su virginidad. En efecto: el cuerpo de Cristo que penetró en el lugar en que estaban sus discípulos sin abrir las puertas cerradas, pudo muy bien, en virtud de la misma potestad, salir del seno cerrado de su Madre. Convenia, por consiguiente, que, naciendo para restablecer en su integridad todo lo que había sido corrompido, no destruyera con su nacimiento una integridad existente.