Matrimonio de María con José

Congregación para el Clero, Vaticano

 

La perpetua virginidad de María no es obstáculo para que entre ella y San José hubiera un verdadero matrimonio. Además del testimonio evangélico de que " Estaba desposada con José " (Mt l, l8) y de que después "la recibió como esposa" (Ibid. 24), tenemos la clara explicación de que, si bien el consentimiento matrimonial tiene que tener, para su validez, como objeto el derecho mutuo al uso del cuerpo del otro cónyuge, ese derecho muy bien podía estar condicionado a un propósito, también mutuo, de no usarlo, propósito que, después del matrimonio ratificado, podía muy bien convertirse en un mutuo voto sin invalidar el mismo matrimonio. En este caso se junta un verdadero matrimonio con una verdadera virginidad, y no hay lesión alguna de la virtud de la justicia que regula los derechos matrimoniales. 


Santo Tomás de Aquino presenta como razones que pueden demostrar la conveniencia de que Cristo fuera concebido y naciera de Madre Virgen: 

a.- La dignidad del Padre, ya que, siendo Cristo verdadero y natural hijo de Dios, no convenía que tuviese otro Padre que compitiese con Dios tal dignidad; 

b.- Su mismo nombre y calidad de Hijo o Verbo de Dios que excluye toda corrupción del espíritu; 

c.- La dignidad del Hombre-Jesús, que no debía tener en su origen nada que fuera pecado, puesto que había venido a borrar el pecado del mundo; 

d.- Por el fin de la encarnación del Verbo, que era para que los hombres renacieran hijos de Dios. 

Sin embargo, esa misteriosa conjunción de maternidad y virginidad es siempre un misterio impenetrable, objeto exclusivo de la fe, la cual simplemente se apoya en la autoridad de Dios y en su poder infinito, que, como el ángel Gabriel explicara a la Virgen, "porque nada hay imposible para Dios" (Lc l, 37) 

Fuente: Clerus.org