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La Siempre Virgen: Antes, en y
después del parto.
Gustavo
Daniel D´Apice
Este
es un dogma de fe mariano también común a todas las advocaciones de
María.
No puede haber una advocación o santuario mariano en que no se la
venere como la siempre Virgen.
Antes del parto.
Significa que la
Virgen Santísima, concebida por sus padres en forma inmaculada, es
decir, sin la mancha del pecado original, quitado éste en la unión
íntima de los abuelos de Jesús, para dar a Jesús una naturaleza
humana perfecta, no tuvo ninguna mácula, mancha, contra la pureza
antes del parto de Jesús.
Es más, no tuvo
relaciones santas matrimoniales con su Esposo José para concebir al
Hijo de Dios, sino que permaneció Virgen en sí misma y en sus
relaciones con los demás, poniéndose de relieve la que lícita y
santamente podría tener con su Esposo, también virginal él.
En el parto.
Sin duda que el de
la Virgen fue un parto milagroso.
No menoscabó el
mismo su integridad virginal física.
Biológicamente, el
imen de María no sufrió detrimento en el parto de Jesús.
¿Cómo pudo ser
ésto?
Dos teorías son abonadas con entusiasmo:
Una, más "sobrenaturalmente natural", aduce la "miraculosa
dilatatione", es decir, una maravillosa dilatación del imen de la
Virgen, que hizo que el cuerpo de Jesús bebé pasara sin mengua de su
integridad.
La segunda, más "sobrenaturalmente
luminosa", dice que Jesús anticipó en el parto el don de "sutilidad"
propio de los cuerpos resucitados, ése que tuvo Él después de la
Pascua, el que tiene ahora María, el que tendremos luego nosotros:
Este don consiste
en la capacidad de atravesar otro cuerpo sin lesionarlo ni
lesionarse: Así tenemos ejemplos del cuerpo resucitado de Jesús en
los Evangelios de la Resurrección: Atraviesa la sábana en que fue
envuelto, dejando impresa en ella su imagen como un negativo
fotográfico por el fogonazo de la resurrección.
Atraviesa la
piedra del sepulcro, sin romperla, y sin él sufrir lesión alguna al
hacerlo.
Atraviesa las puertas donde se encontraban
reunidos los discípulos por temor a los judíos, ya que, si habían
ejecutado al Maestro, calculaban que luego irían por ellos.
El original griego
dice que las puertas estaban "atrancadas":
Jesús las atraviesa con facilidad: No las
rompe, ni se magulla Él.
De la misma
manera, se considera que atravesó el seno de María, sin mancillarlo
ni mancillarse.
De los dones de la
resurrección corporal, que aparte de la sutilidad, son la agilidad
(capacidad de trasladarse instantáneamente, con la velocidad del
pensamiento, ya que el cuerpo no tiene el peso de la gravedad ni
ofrece resistencia al alma), la inmortalidad y la claridad o
luminosidad, éste también lo anticipó en el Monte Tabor, ante Pedro,
Santiago y Juan, testigos del Nuevo Testamente, y ante Moisés y
Elías, los más grandes personajes del Antiguo Testamento que
aparecieron con Él en gloria:
Los Evangelios
dicen que irradiaba luz, su rostro era como el sol, y de su cuerpo
salía una luminosidad tal que atravesaba sus vestidos, que aparecían
blancos como la nieve.
Después del parto.
María tampoco tuvo
relaciones maritales (y mucho menos extramaritales: Fijémonos bien
en el Evangelio de Mateo que al concebir a Jesús, José no duda de
ella: El ángel le dice "no temas", no "no dudes".
Temer, en el Antiguo Testamento y en lo
comienzos del nuevo, significaba la indignidad en que uno se
consideraba ante la manifestación de Dios cercana o a través de él
mismo:
En este caso, ante la manifestación de
Dios en el seno de su Esposa la Virgen.
La tendencia es
hacerse a un lado, escapar, huír...
En cierta época
cristiana, comenzó la iconografía (el arte de la pintura religiosa),
a pintar a José anciano y una Virgen joven como esposa.
Esto tuvo su
significado.
Hoy sabemos que ambos tendrían edades
similares, un par de años quizá más José, pero muy jóvenes.
La representación
apuntaba a justificar el término "hermanos" de Jesús que aparece en
los Evangelios.
Como la virginidad perpetua de la Virgen
era considerada desde siempre por los cristianos, los iconógrafos
optaron por pintar un José de avanzada edad, que había enviudado, y
que tenía hijos del matrimonio anterior, basándose también en algún
Evangelio apócrifo, es decir, de los que no entraron en la lista de
los cuatro Evangelios de la Biblia.
De esta manera
pretendían salvar la virginidad mariana ante estos "hermanos" de su
Hijo Jesús.
Más tarde, con el avance semántico y
técnico de las palabras y construcciones verbales de la época, se
notó que el término "hermano", indicaba en el lenguaje aquel a los
parientes conocidos: tíos, hermanos, primos, etc.
Ello determinó el
avance la la Josefología actual (el estudio de José, así como la
mariología es el estudio de María), hasta colocarlo en el mismo
nivel de santidad de la Virgen, ya que ambos colaboraron en conjunto
y de manera singular con la crianza y educación de la naturaleza
humana de Jesús, que es Dios en su Persona, y vive y reina desde
siempre y para siempre. Amén.
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