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La
Coronación
Madre
Angélica
Madre querida, la justicia de Dios no estaba satisfecha con reunirte en cuerpo y alma para que pudieras imitar a Jesús en su Reino. Tu divino Hijo, Dios y Señor, te coronó como Reina de Cielo y Tierra.
En la tierra eras la desconocida Madre de Jesús. Tu humildad asombró a los ángeles y confundió a los demonios. Es verdaderamente justo, que ahora tu grandeza sea manifestada a todos los hijos de Dios.
Tu solo deseo es el de conducirnos a Jesús y tu única oración es por nuestra salvación. Te agradezco tu solicitud y me entristece mi negligencia.
Tu coronación me garantiza que algún día yo seré gloriosamente coronado. Dios enjugará todas mis lágrimas y me será otorgada la luz de la Gloria. Tu corazón fue lacerado con Siete Dolores durante su terrenal peregrinaje.
Ahora, doce estrellas circundan tu cabeza y la luna está bajo tus pies (Rev. 12:1). Tú eres Reina del Universo — los ángeles te sirven — las constelaciones enmarcan tu belleza. Obtén para mí, Madre querida, la gracia necesaria para un día entrar en Su Reino y recibir la corona de Santidad.
Fuente: EWTN.com
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