Un "Si" para Dios, en cada día

Padre Javier Leoz

1.- El 25 de marzo, recordamos aquella hora en que el Ángel Gabriel se coló por la ventana de la humilde casa de Santa María anunciándole el futuro nacimiento de Jesús. ¡Nueve meses exactamente quedan para Navidad!

María es grande no por sus acciones, y sí por el hecho de que hizo posible con su ¡SI! la venida de Jesús.

En este día, también nosotros, debiéramos de renovar con la ilusión del primer día, nuestra opción por Dios, por Jesús y por su Iglesia. Debiéramos de decir un “sí” cayendo en la cuenta de que, nuestra fe, no es un coto cerrado y sí algo que se renueva en miles de “sies” que decimos a lo largo de nuestra vida:

-Para querer de nuevo con la ilusión y la claridad del primer día

-Sabiendo que llevamos el anuncio del Reino aún faltando fuerzas y relevos que garanticen la evangelización del mañana.

-Para ser conscientes de que somos barro para que, como María, DIOS vaya realizando una obra magnífica: el AMOR

-Manifestando en un “tú a tú” silencioso, y cargado de misterio con el Señor, que estamos dispuestos a ser signos vivientes de la presencia de Dios en el mundo.

2.- Aprender a querer como Dios quiere es:

-No poner filtros ni paréntesis a la voz de DIOS que nos presenta a su Hijo como “búsqueda del hombre movido por su corazón de Padre” (Juan Pablo II)

-Evitar los prejuicios que podamos tener sobre nuestra misión de cristianos en un mundo donde apenas se escuchan ni interesan los voceros de Cristo.

-Curarnos del egocentrismo que nos invade: con DIOS podemos hacer obras grandes....sin El, la vida, se convierte en un caos permanente. En un personalismo peligroso.

-Recuperar la inocencia perdida: “eh aquí la esclava....”. Ponernos en camino y en disposición hacia DIOS es avanzar hacia la plenitud como personas y como creyentes. Es encontrar nuestra razón de ser en las manos de Dios. ¡El sabrá lo que hace y por qué lo hace!

-Sentirnos contemplados por DIOS (no observados) da seguridad a nuestros pasos, luz a nuestras acciones, profundidad a nuestra existencia.

-Turbarnos ante la presencia de Dios (no temerosos). También nosotros somos benditos desde el día de nuestro Bautismo. Otra cosa es que seamos conscientes de la multitud de saludos que, como en María, nos llegan de parte de Dios en diversas circunstancias y a través de numerosos ángeles en el rostro de las personas.

-Que a la hora de decidirnos en nuestras respuestas pueda más, en la balanza de nuestra vida, el “SI” nítido y convencido que el “NO” del miedo o de la cobardía, de la comodidad y del pasotismo, de la duda o el de la mediocridad.

3.- En tiempos de dificultades (¡que época no ha estado exenta de tropiezos para la Fe!) tendríamos que dar gracias a DIOS porque se ha fijado en nosotros para prolongar su presencia en hombres y mujeres que seguimos apostando y creyendo en su Palabra.

El Día de la Anunciación. Un momento propicio para ver como está nuestro “SI” en el camino de fe. En nuestro compromiso con la Iglesia.

Nuestro “SI” o nuestro “NO” a DIOS, en el clarear de cada jornada, en cada situación que se nos presenta, en cada momento y en cada circunstancia se parecen o no se parecen mucho a los que Santa María pronunció mientras estuvo latiendo en la tierra.

4.- El “SÍ” DE MARIA FUE

Breve, pero grande en toda su vida

Firme, y constante en toda su existencia

Alegre, y confiado en sus caminos

Individual, y compartido con su esposo José

Íntimo, pero llevado a los oídos de su prima Isabel

EL “SÍ” DE MARIA FUE

Sencillo, pero complicado el vivirlo

Obediente, pero probado a los pies de la cruz

Pobre, pero rico en el corazón

Para Dios, y en beneficio de todos los hombres

Para el cielo, pero para alumbrarlo en la tierra

EL “SÍ” DE MARIA FUE

Dócil, pero moldeado por las manos del Padre

Libre, pero en exclusiva para Dios

De un día, pero para siempre, renovado a todas las horas

Si en Nazaret, y también en el Calvario

Sí, en la vida, y también en la muerte

Sí, en los gozos, y también en las tristezas

El “si” de Maria fue un “si” en todo para todo, siempre para siempre en dios y para Dios.

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