|
30
días con la Redemptoris Mater
Padre
José Cristo Rey García Paredes cmf
Día 13: Mediación maternal de María en Caná
En
esta página del evangelio de Juan encontramos como un primer
indicio de la verdad sobre la solicitud materna de Maria... Es
importante señalar cómo la función materna de María es
ilustrada en su relación con la mediación de Cristo... La misión
maternal de María hacia los hombres de ninguna manera oscurece ni
disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra
su eficacia (RM, 22).
El cuarto evangelio nunca menciona a María por su nombre. Ella
será siempre «la madre», bien sea «de Jesús», bien sea «del
discípulo amado». No pierde nunca esta función, que la define
en toda su verdad.
En las bodas de Caná de Galilea, comienzo de la vida pública de
Jesús, «estaba allí la madre de Jesús; fue invitado también a
la boda Jesús con sus discípulos» (Jn 2, 1-2). «El hijo parece
que fue invitado en razón de la madre» (RM, 21). Maria está
presente como madre de Jesús. De ella parte una iniciativa que
culminará en la manifestación de la gloria de Jesús, su hijo, y
en el comienzo de la fe en Jesús por parte de los discípulos (Jn
2, 11). María contribuye a la manifestación de la «gloria», al
comienzo de las «señales» mesiánicas de Jesús, al
manifestarle a su hijo la carencia de vino. María se preocupa en
este momento, no de su hijo, sino de los otros; demuestra una
admirable solicitud por aquellos a quienes ve en situación de
necesidad. «En Caná de Galilea se muestra sólo un aspecto
concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca
importancia ("no tienen vino"). Pero esto tiene un valor
simbólico» (RM, 21). Maria se coloca entre su hijo y los
hombres, que están en situación de indigencia. «Se pone
"en medio" —como bellamente dice la encíclica—, o
sea, hace de mediadora no como una persona extraña, sino en su
papel de madre, consciente de que como tal puede —más bien
"tiene derecho de"— hacer presente las necesidades de
los hombres... Mas no sólo esto: como madre desea también que se
manifieste el poder mesiánico del hijo, es decir, su poder salvífico
encaminado a socorrer la desventura humana, a liberar al hombre
del mal que bajo diversas formas y medidas pesa sobre su vida»
(RM, 21).
ORACIÓN:
Padre
Dios, que quisiste concedernos el gran regalo, que es Jesús, a
través de María; que proyectaste que Jesús anticipara los
signos de la «hora» a instancias de María; ayúdanos para
acogerla como camino hacia Jesús y descúbrenos a través de ella
cuándo es «nuestra hora». Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuente:
ciudadredonda.org
|
|