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días con la Redemptoris Mater
Padre
José Cristo Rey García Paredes cmf
Día 23: María en su plenitud: La Asunción
La
peregrinación de la fe ya no pertenece a la madre del Hijo de
Dios; glorificada junto al hijo en los cielos, María ha superado
ya el umbral entre la fe y la visión «cara a cara» (RM, 6).
La asunción nos habla, ante todo, del Dios fiel que cumple sus
promesas. En quienes son fieles a la alianza, las promesas de Dios
se cumplen «sin demora» y «al ciento por ciento». Quien sigue
a Jesús «hereda la vida eterna» y Jesús le promete que le
preparará un lugar, que volverá y lo tomará consigo, para que
donde él esté allí se encuentre también su servidor. Si María
es «la primera discípula de Jesús», la creyente por
antonomasia, la mujer guiada siempre por Dios, siempre dócil al
Espíritu, ¿no cumplirá Dios en ella todas sus promesas? María,
la asunta y glorificada, es para la Iglesia la garantía del
cumplimiento de la promesas de Dios. Como bellamente dice el
Concilio Vaticano II: «La Madre de Dios es ya el cumplimiento
escatológico de la Iglesia: la Iglesia ha alcanzado en ella la
perfección, en virtud de la cual no tiene mancha ni arruga; al
mismo tiempo los fieles... levantan sus ojos a María, que
resplandece como modelo de virtudes para toda la humanidad de los
elegidos» (LG, 65).
ORACION:
Dios y Padre de nuestros padres en la fe, que cumpliste las
promesas de la alianza al resucitar a Jesús y con él y desde él
a María, como primicias de la nueva humanidad; continúa en
nosotros tu acción vivificadora y no permitas que seamos
instrumentos de muerte, ni que las fuerzas de la muerte nos
venzan. Concédenos tu Espíritu de vida por Jesucristo, tu hijo.
Fuente:
ciudadredonda.org
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